No me subí en la victoria, tampoco me subo al tren derrotista
En las derrotas se aprende más que en las victorias. Ante Alemania y Corea del Sur, vimos a una Selección jugar a tope, al máximo de sus posibilidades y demostrar que tiene elementos reales para generar ilusión entre sus seguidores; para respaldar su fe.
Sin embargo, esta ilusión se transformó en un sueño desbordado, que hizo caminar a la gran mayoría, habló de afición, jugadores, cuerpo técnico y hasta analistas y comentaristas, sobre las nubes. Todos compartíamos y repetíamos con el pecho inflado de orgullo la frase que podría llegar a definir esta copa del mundo para México, “pensemos cosas chingonas”.
Siempre las he pensado, soy un convencido de que pronto una generación mexicana conquistará ese anhelado sueño y levantará la copa FIFA; tampoco es imposible, tampoco estamos hechos de una madera de segunda. El primer paso se ha dado, porque ciertamente primero es pensarlo y después es hacerlo. Pero hemos visto que el simple positivismo, no puede hacer volar una piedra.
No hay que cargarla contra nadie, Edson Álvarez se equivoco por su falta de experiencia, más que por su baja calidad.
Me queda claro, además, confirmado con estadísticas y números reales, que Juan Carlos Osorio se le da plantear los partidos con mucha anticipación pero le cuesta un enorme trabajo ajustar sobre la marcha. En 13 juegos, dentro de su era, nos han tomado ventaja los rivales y en nueve no hemos podido reponernos, incluyendo este 0-3, un 1-4 y un 0-7. Era evidente que Suecia nos tenía copados, que nos estudió bien y que nos estaba ganando la partida. Lamentablemente, para el técnico colombiano, sólo fue evidente tras el primer gol sueco, cuando vinieron los ajustes.
Ni con las primeras dos victorias de México me subí al camión del triunfo, como bien nos lo solicitó Jonathan Dos Santos, porque los periodistas no tenemos derecho a treparnos a ninguna victoria. Ahora, tampoco me subiré a este nuevo tren que buscará echar por la borda los dos pasitos que se habían avanzado. Eso sí, espero que así como fue capaz de darse cuenta a tiempo de sus evidentes fallas como entrenador, justo antes de iniciar la copa, hoy Juan Carlos Osorio sea igual de brillante para aprender de esta derrota y volver a ilusionar a todo el país.
Antes del partido escuché personas hacer planes para traerse amigos y familiares a la semifinal que jugaría México. Ojalá lo puedan hacer, ojalá no estén equivocados, pero más vale ir paso a paso, caminando sobre tus pies, que flotando con un par de alas que no existen que fueron creadas en un momento de inspiración y que nos habían engañado.
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