Lágrimas de una eliminación en Copa del Mundo
Los marroquíes, que fueron mayoría en las gradas del Estadio Luzhiniki de Moscú, lloraron la eliminación de su selección de Rusia 2018.
Marruecos ha sido superior casi en todo: en el trámite del encuentro y, con amplitud, en la tribuna del Estadio Luzhniki. Pero le falto lo más importante en el futbol: goles frente a Portugal. Por eso, las lágrimas brotaron al escuchar el silbatazo final. La derrota por 1-0, segunda en Rusia 2018, ha dejado al conjunto africano fuera de la Copa del Mundo.
El color del encuentro lo han impuesto los marroquíes. Más de 25,000 han hecho el viaje para apoyar a su selección nacional. Y ahora, ese equipo es muestra de que no siempre prevalece la justicia en el futbol. Frente a Irán, ha merecido más, pero perdió. Contra Portugal, dio una de sus más brillantes exhibiciones, pero el resultado fue idéntico: 1-0 en contra.
La alegría que horas antes del encuentro vivieron los aficionados de Marruecos terminó en tristeza. Desde el metro de Moscú, mucho tiempo antes del encuentro, se podía percibir que en la tribuna habría mayoría africana. Ya en la explanada del Estadio Luzhniki, la teoría pudo comprobarse. Superaron en número y entusiasmo a los portugueses.
En la grada, hicieron lo propio. Presionaron al jugador más brillante de Portugal, Cristiano Ronaldo, con gritos de “Messi, Messi”. Ambos futbolistas son protagonistas de una efervescente polémica para saber quién es el mejor del mundo. Son jugadores que dividen y radicalizan opiniones. Por eso, los marroquíes sabían que al del Real Madrid no le caería en gracia escuchar el nombre del argentino.
Pero la tragedia marroquí comenzó a construirse muy temprano. El gol de Cristiano apenas al minuto cuatro, abrió el camino para la victoria de Portugal. Eso, sin embargo, removió el orgullo de los africanos, que a partir de entonces pelearon la pelota, la tuvieron y ofrecieron uno de sus mejores partidos.
Tuvieron contra las cuerdas a los europeos, sus ataques fueron constantes, mientras en la tribuna, 25,000 aficionados ardían con la esperanza de alcanzar el empate. Pero no llegó. La algarabía se volvió frustración. Y todas las sonrisas de horas sufrieron la peor de las metamorfosis: se volvieron lágrimas que rodaron por las mejillas. La razón: Marruecos está fuera de la Copa del Mundo de Rusia 2018.
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