Mundial

NO HAY QUINTO MALO

Llegamos a Copenhague, primera parada del viaje de siete partidos que nos ha prometido la Selección Mexicana o como se hacen llamar en redes sociales (y me gusta) @miseleccionnacional.

Por la diferencia de horarios y la intensa carga de trabajo, un Mundial en Europa está especialmente relacionado al café (bueno hay compañeros que le hacen a otras cosas para permanecer despiertos). Así que después de un Juan Valdez mañanero, en México, le seguí con uno de la sirenita verde, en Madrid, y otro de marca desconocida (al menos por su servidor), llegando al hotel en Dinamarca, (por cierto, estratégicamente seleccionado por el genio de los viajes, Gabo Orrego, cerquita del Estadio Brøndby, donde este sábado el Tri enfrenta a la selección local.

Acá estamos de nuevo, gracias a ustedes, a las empresas editoriales y comerciales que siguen apostando por la información deportiva y a las ganas que uno siente por venir a “matarse” a las Copas del Mundo, cada cuatro años. Ya no es lo mismo que en aquel 1994, cuando Reforma me envió a cubrir solamente la sede de Orlando y terminé reseñado la eliminación mexicana ante Bulgaria; el siguiente paso de los comandados por Hristo Stoichkov 2-1 ante Alemania; el ensangrentado España 1-2 Italia y hasta la Semifinal mágica de Roberto Baggio para frenar a los búlgaros. Ahora voy rumbo a mi quinta experiencia (en el 98 me quedé en Reforma a dirigir el suplemento especial para todo el grupo y en 2002 iba llegando a Récord y había mucho qué armar), igual que la Tota y como Rafa Márquez, sin su talento, pero con un amor muy cercano al que seguramente ellos sienten por la camiseta tricolor.

CLARO MENSAJE

El miércoles antes de volar, revisé las novedades de nuestros verdes en Europa. Me llamó la atención la camiseta que portó el profe Juan Carlos Osorio en la práctica del miércoles. El técnico colombiano portaba una camiseta con la leyenda: “Se equívoca uno, correjimos (sic) todos”, en relación a la descontrolada fiesta de despedida de un grupo de seleccionados nacionales, antes de partir a Dinamarca. Pero más allá de la falta de ortografía, esta vez creo que Osorio no se equivocó; en su selección no han sido capaces de enmendar los errores, no hay autocrítica, sobran las justificaciones y el mensaje lo resumen a la perfección. En este Tri nadie corrige bien.

Y por no dejarlo al aire enumero algunas de las fallas de Osorio, que ni Torrado ni Cantú, ni Decio (ahora De Luisa) ni nadie ha sido capaz de ayudarle a corregir:

No llevar lateral derecho, simplemente porque no se le da la gana.

Dejar fuera del listado al Gallito Vázquez por su baja estatura, argumentando que en los Mundiales se anotan muchos goles a balón parado (sin recordar que de los 11 que recibimos ante Chile y Alemania, ningún fue a pelota parada).

Llevar seriamente lesionado a Diego Reyes e insistir en él faltándole al respeto al esfuerzo del resto y jugando con la salud del ex americanista.

Desperdiciar, al menos, los últimos cuatro juegos de preparación del Tri.

No ser capaz de disculparse con la gente que pagó un boleto para irlos a despedir al Estadio Azteca y que terminó abucheando su pobre exhibición.

Y un largo etcétera.

Nadie, nadie lo ayuda, nadie es capaz de corregirlo. ¿Y saben por qué?, pues porque siempre será más sencillo “apoyar” y luego ofrecer disculpas si las cosas no salen bien, que criticar buscando realmente defender el principio de lo que quiso decir con la leyenda en la camiseta: La única forma de salir adelante de un problema es enfrentarlo y cuando uno no es capaz de darse cuenta, para eso están los amigos, los buenos compañeros, los buenos profesionales. Los que en lugar de querer quedar bien, se animan a ponerse frente a ti e intentar corregirte.

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A TIEMPO

Héctor Herrera (a quien por cierto me encontré junto con Imanol Ibarrondo en el avión de Madrid a Copenhague) viajó a su casa, a Portugal para aclarar su participación en la famosa fiesta de despedida. No me meto en temas privados (esos sí lo son), pero igual que lo que comenté del Tri y su entrenador, lo mejor para salir de los problemas es enfrentarlos con la verdad. Ojalá que eso le pase a @miseleccionnacional, ojalá sus excesos, sus mentiras, su inconsistencia, su necedad y su falta de juego sean corregidos en estos días y que ese acto de valor genere en el seno del equipo, esa garra, compromiso, colectividad y certeza que hacen tanta falta a pocos días de un partido que pinta para ser el más duro que ha tenido México en una primera ronda, en al menos 40 años.