Karius: una absurda justificación
Sorprendente ha sido el comunicado que unos médicos del Hospital de Massachusetts han emitido respecto a la actuación del portero Karius en la final de la Champions. Han visualizado detalladamente las imágenes del partido y la historia subjetiva detallada del jugador y, después de los exámenes físicos y mediciones objetivas, y sin diagnóstico por imágenes, han llegado a la conclusión de que el portero sufrió una “conmoción cerebral”. Hasta los propios médicos del deporte sentimos rubor al leer el comunicado. Si quieren salir en defensa del jugador nos parece bien, pero no amparándose en criterios médicos absurdos. Posteriormente a la supuesta conmoción realizó dos buenas paradas, lo que indica claramente que tenía intactos los reflejos y no había signo alguno de conmoción cerebral.
Se trató simplemente de un fallo deportivo infantil, que condicionó totalmente sus actuaciones posteriores. En el primer gol de Bale realizó un gesto deportivo normal de un gran portero, pero no logró tocar el balón. Reaccionó bien y a tiempo, pero no consiguió evitar el gol. Y en el segundo estaba psicológicamente destrozado. Para mí, como médico del deporte con muchos años de experiencia en este tipo de incidentes, toda la sintomatología referida por Karius fue psicosomática, por un fallo de principiante en un acontecimiento deportivo de máximo nivel.