Atlas vence a Chivas en la jornada 16 del Clausura 2018
Los 'Zorros' se impusieron 1-0 en el duelo de despedida de Rafael Márquez en el Jalisco con gol de Edyairth Ortega.
Mucho ha ocurrido desde aquel 19 de octubre de 1996, cuando pisó un campo del máximo circuito por primera vez, ante Pumas. Quizá ni aquel joven de Zamora, Michoacán imaginaba que en las siguientes dos décadas haría una historia única sobre el césped. Cuatro Mundiales (hasta ahora), dos Champions League (el único mexicano que puede presumirlo) y un recorrido que se ha ganado el respeto de todos. Pero no hay carreras eternas. Ha llegado el fin para Rafael Márquez.
El Clásico Tapatío, frente a Chivas, es el último encuentro en el Estadio Jalisco para el capitán del Atlas. Mejor escenario, imposible: pletórico para decirle adiós. Es la noche de Márquez. Se nota desde su primer contacto con la cancha. Apenas salen al campo los equipos y la tribuna opaca el Himno de la Liga MX. “Olé, olé, olé olé, Rafa, Rafa”, corean los aficionados. Los jugadores rojinegros traen todos camisetas con el número 27, el que utilizaba cuando debutó en Primera División, en 1996. Y por último el monumental tifo en el graderío norte, con su fotografía.
Es la despedida en casa del cuatro veces mundialista. El último partido en el Estadio Jalisco. Y los compañeros quieren darle un adiós digno. El Clásico Tapatío es una motivación por sí mismo. Los rojinegros tienen ese otro ingrediente. Porque la mejor manera de homenajear a un grande en su adiós es jugando al futbol.
Matías Almeyda apuesta por un cuadro alterno, en el que aparecen nueve surgidos de fuerzas básicas. Entre ellos, el debutante José Gurrola, volante habilitado como lateral derecho. Por esa banda empieza la fiesta rojinegra. Rafael Márquez cobra rápido la primera falta del partido. La bola se extiende hasta Milton Caraglio, precisamente por el lado que debía cubrir el joven rojiblanco, completamente des ubicado.
El argentino avanza por ese costado. Miguel Basulto sale a la marca, incapaz de detenerlo. El servicio del sudamericano es exacto. Edyairth Ortega llega puntual. Empuja a las redes. Gol del Atlas apenas a los 48 segundos de acción. Un tanto de esos que llaman, de vestidor. En un Clásico que se juega sólo por orgullo y en una noche donde homenajear al capitán es prioridad de los locales.
Los Zorros entienden rápido que el juego es por ese costado. José Gurrola es tomado nuevamente en mala posición. Milton Caraglio entra a su espalda. Dispara cruzado. Rodolfo Cota se estira y a una mano desvía a tiro de esquina. Atajadón del arquero rojiblanco, al ‘11.
Si Chivas no sufre mayor daño es porque su guardameta vive una noche enorme. Milton Caraglio caza un rebote dentro del área y remata de cabeza. Cota alcanza a desviar para que la bola pegue en el travesaño. Rafael Márquez intenta empujar. Quiere un gol en su última noche del Jalisco. Alejandro Mayorga se estira y aleja la redonda antes de que la toque, al ‘18.
Y en la última de la primera parte, nuevamente aparece Rodolfo Cota para salvar. El vuelo es espectacular, a disparo de Cristian Calderón. Desviada a una mano. Al ‘44, Atlas deja escapar el segundo. Ha sido superior, en posesión y en creación. Pero en el marcador, la ventaja es apenas de un tanto.
Para el complemento, la fórmula del encuentro no se modifica: los jóvenes de Chivas no pueden con la responsabilidad que se les ha encomendado. Es un Clásico Tapatío y Atlas, que también tiene varios canteranos en la cancha, tiene control total del encuentro. Pero una vez más, Cota salva al achicar rápido para tapar un disparo de Brayan Garnica, al ‘53.
El tiempo parece no pasar por Rafael Márquez. Su nivel en la cancha es alto. No parece un hombre que está a punto de decir adiós. Toca y se mueve. Grita. Ordena al equipo. Es un líder, con todo lo que eso significa sobre un terreno de juego. Insiste en la búsqueda de un gol, pero el tiro libre que cobra al ‘55 es desviado por la barrera.
Chivas en realidad opone poca resistencia. Ángel Zaldívar prueba de lejos, al ‘78, pero José Hernández controla a dos tiempos. No hay mucho más por parte del Rebaño Sagrado. Aguanta en defensa. Palidece en ofensiva. No se capaz de mover el marcador en lo que resta del Clásico Tapatío.
El gran momento. Minuto 90. La pizarra se levanta. El número cuatro aparece en él. Se pone de pie el Estadio Jalisco. Una de las mayores ovaciones que recuerde su tribuna. Rafael Márquez avanza a paso lento. Se despide de compañeros que se topa. Entrega el gafete de capitán. Saluda a Édgar Zaldívar, que entra en su lugar.
De nuevo se estremece la tribuna. “Olé, olé, olé, olé, Rafa, Rafa”, retumba en el Estadio Jalisco. Márquez abandona el campo. Se hinca. Se persigna. Al ponerse en pie, levanta la mirada. Agradece al cielo. Es la última vez. El escenario está rendido a sus pies. Absolutamente suyo. El capitán no se verá más y los rojinegros lo aplauden hasta el final. Atlas ha ganado 1-0 el Clásico Tapatío. La despedida ideal de un grande del futbol mexicano.
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