El trofeo de la Copa del Mundo llegó a Guadalajara
Decio de María y Jorge Valdano hablaron en la presentación del trofeo en su llegada a México como parte del tour mundial previo al Mundial de Rusia 2018.
El sol de Guadalajara es inclemente, pero incapaz de opacar el sueño que envuelve ese trofeo de seis kilogramos de oro. El avión, procedente de Costa Rica, toca tierra a las 11:00 horas. Su pasajero principal no respira, pero al mismo tiempo da vida a la ilusión de millones de personas. La Copa del Mundo ha llegado a México y la Perla Tapatía es su primera escala.
Para recibirla, se presentan las autoridades: Decio de María, presidente de la Federación Mexicana de Futbol y Jorge Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, además de representantes del patrocinador de la FIFA que organiza el tour del trofeo. Ellos están ahí y pueden tomarse la fotografía. Pero solo un invitado tiene permitido tocar la Copa del Mundo.
El argentino Jorge Valdano la ganó como futbolista. Y el recuerdo de aquel 29 de junior de 1986 sigue fresco. El Estadio Azteca marcó su existencia. “Me hizo un poco más feliz el resto de mi vida”, afirma el llamado “Filósofo del futbol”. Este lunes es él quien la toma en sus manos y la levanta, en el momento cúspide de la ceremonia de recepción.
“Hablar de la Copa del Mundo es hablar de lo máximo que existe en el futbol. Yo les decía en el avión a los ilustres visitantes que me pasé 30 años soñando con levantarla y me he pasado 30 años recordando el día que la levanté. O sea que la Copa del Mundo ocupa un lugar preferente en mi vida y posiblemente en la vida de cualquiera que quiera al futbol”, explica Valdano.
“Porque soñar con la Copa del Mundo es algo normal, es algo natural, es un sueño que le pertenece a millones de niños en el mundo entero. Y además es un sueño en donde cabe todo un país. No hace falta ser jugador de futbol para soñar que uno puede ganar la Copa del Mundo. Cuando se gana la Copa del Mundo, un país entero disfruta de ese momento y los jugadores lógicamente se emocionan como con ninguna otra cosa porque en el campeonato del mundo no se juega con una camiseta de futbol, se juega con una bandera y eso tiene un poder de identidad que es realmente extraordinario”, añade.
El tiempo pasa, pero el recuerdo es fresco. Permanecerá por siempre tatuado en la memoria. “Antonio Rosique (comentarista de TV Azteca) cuando cumplimos 30 años del Mundial que ganamos en México 1986, me llevó al Estadio Azteca y el recuerdo me hizo llorar. Y eso que soy un tipo más bien serio, que no llora nunca, pero aquel día eso me tocó algo en lo más profundo, que tiene que ver con la vocación, con la sensación del deber cumplido que uno siente cuando levanta una copa y estar representando nada menos que a un país”, relata Valdano.
Hoy, en tierra azteca, el recuerdo está más vivo que nunca. Fue esta nación la que lo vio proclamarse campeón del mundo, en el día más célebre de su carrera. Han pasado casi 32 años de aquel triunfo por 3-2 sobre Alemania. Jorge Valdano marcó el segundo tanto en la Final. Su deseo es que algún día también México sienta la gloria de levantar el trofeo.
“El recuerdo no es una cuestión menor, el recuerdo forma parte de la memoria y la memoria son palabras mayores. Yo siempre digo que levantar la Copa del Mundo me hizo un poquito más feliz el resto de mi vida y quiero desearles que algún día México como país, tenga el honor, el orgullo, pero sobre todo la satisfacción de sentirse un poco más feliz el resto de su vida, levantando una Copa del Mundo, que ayude a todos a unirse alrededor de este extraordinario objetivo, que tiene un poder simbólico incomparable”, concluye el argentino.
La Copa del Mundo está en México para que miles de aficionados puedan verla, pero no tocarla. Este martes será exhibida en Guadalajara. Después, el viaje continuará por Monterrey y Ciudad de México. Es el trofeo que alimenta la ilusión de millones de personas.