Regino: "Dejar huella en el deporte español es alucinante"
El flamante bronce olímpico en snowboardcross estaba emocionado en la línea de meta. "Da igual que sea bronce, plata u oro. Es una medalla olímpica", dice.
-Medalla olímpica de bronce, subidón total, ¿no?
-Estoy histérico perdido todavía. Ha sido algo impresionante. Dentro de lo que cabe, la final ha sido la carrera en la que más tranquilo me sentí. Después de la primera bajada que pasé por muy, muy poquito en la fotofinish, me entraron un poco los nervios. Luego hablé con los entrenadores y los skiman y me di cuenta que habían sido fallos tontos míos, que corregí y me hicieron poder estar delante y escapar de las caídas estuvo. Era la estrategia. Aprovechar mi salida e ir lo más rápido posible. Alejarme del grupo y que se peleasen los de atrás.
-Y una vez en la final, que pasa por su cabeza.
-Estaba feliz de poder estar en una final olímpica. En el portillón de salida pensé que era la última bajada, que tenía que darlo todo. Lo que quería es que cuando acabase el día sabía que tenía que dar el 200% de mí y si conseguía una medalla, bienvenida era. Encima he conseguido el bronce, pues imagíneses, es impresionante.
-Se hablaba mucho de su talento, pero le faltaba rematar en una prueba… Y lo ha conseguido en el mejor escenario posible, unos Juegos Olímpicos.
-Este año he llegado a unas cuantas finales. No he tenido el toque final y todo me lo tomaba positivamente. Pensaba que todo me lo estaba guardando para los Juegos Olímpicos.
-Los Fernández Ochoa y usted en la leyenda de los Juegos Olímpicos de Invierno para España. Suena bien, ¿no?
-Es increíble poder hacer historia en el deporte de nuestro país. Dejar mi huella es alucinante. Me hace increíblemente feliz.
-Es una mezcla de milagro y también de mucho trabajo que empezó con el grupo en 2010.
-Llevamos muchísimos año entrenándonos. A Laro lo conocí con 13 años y a Lucas un poco después. Es increíble lo que hemos conseguido gracias al entrenamiento y al sacrificio. Siendo deportes de invierno tenemos que pasar mucho tiempo fuera de casa y eso a veces pasa factura porque echas de menos a tu gente. Por mi parte desde Sochi pasé momentos duros, de lesiones. Me han pasado muchísimas cosas y en 2018 llegaba en mi mejor momento físico y mental. Tenía ganas y me sentía muy fuerza. Conseguir medalla no era un sueño. Era una posibilidad muy real.
-¿Cómo explicaría a un español medio que haya una medalla en olímpica en snowboardcross?
-Bueno, dentro de lo que cabe España tiene una gran cantidad de gente que practica tanto esquí como snowboard. Simplemente decir que en este país tenemos deportistas muy grandes en muchas disciplinas y también en la nieve. No lo digo por mí, sino también por Lucas y Laro. Estamos muy fuertes y podemos conseguir cosas muy grandes.
-El año pasado tras los Mundiales de Sierra Nevada falleció su entrenador Israel Planas, supongo que en el podio se habrá acordado de él.
-Cómo no. Él ha sido el culpable de que tenga el nivel al que he llegado, obviamente estaba presente. En esos momentos te acuerdas de toda tu gente, sobre todo de los que no están. También de un amigo que hace tres años en Sierra Nevada falleció haciendo snowboard. Por él llevaba un ocho en números romanos. Esto va también por la gente que cuando las cosas van mal siguen ahí. Los que cuando te caes te ayudan a levantarte. Los que te animan a entrenarte, los que si te tienen que gritar, te gritan…
-¿Cómo lo va a celebrar?
-La verdad es que no tengo ni idea. Estoy deseando volar a España, porque yo estoy viviendo en Madrid y hace dos meses que no veo a mis padres, desde Navidad. En cuanto llegue me cogeré el coche e iré para Málaga para invitarlos a una cena familiar y a pasarlo bien.
-Dará un paseo con su Harley.
-Eso seguro. Ahora la tengo en el taller de un amigo que le está modificando unas cuantas cosas y a ver cómo queda.
-Ha prometido hacerse el tatuaje con la cara de su skiman si ganaba medalla.
-No me queda otra. Una promesa es una promesa. Pero él se tiene que poner mi cara también.