Ari Vatanen: "Quizás veamos rallys de un día en el futuro"
Excampeón del WRC y del Dakar, el finlandés visitó el Jarama. Reflexiona sobre el deporte de motor y celebra el triunfo de Sainz: "Su estrategia funcionó".
Ari Vatanen, leyenda al volante. De los rallys (ganó el Mundial en 1981) y del Dakar, donde es tetracampeón (1987, 1989, 1990, 1991). Finlandés volador, fue europarlamentario y alto cargo en la FIA. Ayer visitó el Jarama para comprobar personalmente la actualización y mejora de sus instalaciones. Con acento francés, allí reside, reflexiona sobre el automovilismo.
-Usted, como Sainz, corrió el Dakar con más de 50 años. ¿Dónde está la motivación?
-Es la misma motivación que tienes en la vida. Si te levantas sin ganas de vivir es porque estás enfermo, enfadado o deprimido. Cuando sabes que todavía puedes ganar… Mira a Carlos, ganó. Tienes que disfrutar. Y tu mujer tiene que dejarte, salvo que no preguntes. Quizás Carlos no preguntó (se ríe). Este año fue duro y Carlos lo afrontó con una estrategia diferente que funcionó, fantástico. Me alegro mucho por él.
-¿Su récord de 50 victorias de etapa allí puede ser batido?
-¿Pero todavía no se ha batido? No lo sabía. Aunque tengo un buen récord que no mucha gente recuerda: soy el único que ha ganado un rally sin hacer pasadas de entrenamiento. Hice un Hong Kong-Beijing llegando desde Australia sin tiempo. Mi hijo Kim tomó las notas.
-¿Qué echa de menos un campeón que deja de competir?
-Le ha sucedido a muchos deportistas de éxito que después de estar siempre en el foco, con la gente a tu alrededor, te retiras y parece que alguien ha bajado las persianas y nadie te llama nunca más. Algunos incluso caen en la bebida. Hay que saber bajar de ahí, necesitas tener algo para continuar, por eso yo entré en la política. Siempre me preguntan que cómo es estar jubilado y yo hago la misma broma: ¿jubilado de qué? Fui piloto y luego político, nunca he tenido un trabajo (risas).
-¿Qué competiciones sigue?
-Los rallys, mi hijo Max compite y siguen dominando mi vida familiar. Y la F1, como todos.
-¿Evoluciona correctamente el Mundial de rallys?
-Creo que sí, el deporte tiene que ser espectacular y entretenido y estos coches lo son, además hay varios pilotos que pueden luchar por victorias. El desafío ahora es que lleguen más pilotos jóvenes y, por supuesto, mejorar la seguridad de los espectadores.
-Los últimos 14 mundiales los han ganado dos pilotos (Loeb y Ogier). ¿Por qué?
-Porque son muy buenos. Supongo que tienen algo de sangre finlandesa, Sébastien es Seppo en mi país. Seguro que algún tatarabuelo de ambos se llamaba Seppo (risas). Es difícil comparar en cualquier deporte y en este caso ambos son pilotos excepcionales. Para triunfar ahora se necesita lo mismo que en los años 70.
-En la electrificación, ¿qué papel tiene la competición?
-No creo que haya cambios drásticos, son coches y tecnología. Tiene que estar aceptado socialmente y debemos recordar a los políticos que el automovilismo está tan justificado como el resto de deportes. Pero hay que asegurarse de que no parece arrogante o egoísta. ¿El medio ambiente? El aire está tan limpio encima de este circuito como sobre esa carretera.
-¿Los campeonatos tradicionales podrán cohabitar con la Fórmula E o Rallycross?
-Absolutamente. Y tendrán que acercarse a los espectadores. Quizás los rallys sean de un día, quizás se celebren en una zona limitada con tribunas, como un rallycross muy grande. Una versión compacta y segura para pilotos y espectadores. Puede que veamos eso en el futuro. ¿La F1? Igual, esto consiste en entretener a la gente. Y debes responderte a una pregunta: ¿lo que hice ayer sigue siendo bueno hoy? Hay que saber anticiparse al aficionado.
-¿Qué aprendió de la política un piloto de rallys?
-(Piensa la respuesta). Me di cuenta de que lo que pensaba que era obvio, que estaba muy claro, no tenía por qué ser así. Pueden estar muy equivocados y ser injustos con nosotros, pero hacen las normas. Al final nosotros existimos porque la gente quiere, también es muy importante utilizar nuestra experiencia al volante dentro de la educación o la seguridad vial, de una forma útil.