La Real Sociedad renace con una manita que demuestra que nunca estuvo muerta y con la que cierra una semana para olvidar. Y el Deportivo se hunde en la miseria con un partido lamentable, indigno de un equipo de Primera y que solo le puede llevar, de no remediarlo de inmediato, a Segunda. Sobre el césped de Anoeta se vieron dos realidades. La de una Real que demuestra que quiere salir de su bache y sacar la cabeza. Y lo hizo revelándose contra todo y sacando toda su raza. Y la realidad de un Depor apocado, desconocido y hasta ridículo, que estuvo sencillamente desaparecido.
En la primera parte sólo hubo un equipo, y ese fue la Real Sociedad, porque el Deportivo se limitó a defender, apabullado por el potencial ofensivo de los txuri-urdin, que salieron mentalizado, enrabietados y extramotivados, como si lo últimos acontecimientos ocurridos durante esta semana habría despertado su orgullo, y no estaban dispuestos a que nadie se lo pisoteara. Solo Lucas ponía algo de intención en los gallegos, mientras que los realistas no paraban de intentar generar ocasiones de peligro, con escasa fortuna y menos acierto. Pero Juanmi, Willian José y Oyarzabal salieron muy activos, bien flanqueados atrás por Xabi Prieto e Illarramendi, que no paraban de asociarse. Y Zubeldia les guardaba las espaldas con esa agresividad que hasta ahora le había faltado a la medular. Todo funcionaba en la Real, pero faltaba el gol. Y llegó, a la media hora de juego, cuando ya había acumulado la Real merecimientos suficientes como para adelantarse en el marcador. Los de arriba se encontraron de nuevo. Desmarque maravilloso de Juanmi, pone pausa dentro del área, levanta la cabeza y encuentra a Willian José libre de marcar. El brasileño marcaba por cuarta jornada seguida. Sin ser Tan brillante como otras veces, tuvo más rédito. Y el Depor a verlas venir, desastre en defensa en el gol y desaparecido con el balón. Debía dar un paso al frente si quería sacar algo de Anoeta.
El comienzo de la segunda parte no cambió prácticamente el guión de lo que había ocurrido hasta entonces. Es cierto que el Deportivo intentó estirarse un poco, porque no le quedaba más remedio, pero seguía siendo la Real la que llegaba con más peligro a la portería de Rubén, que tuvo que emplearse a fondo para despejar un fuerte disparo de Odriozola. Y después De la Bella sirvió un centro desde la izquierda que remataba por milímetros fuera Xabi Prieto. El 2-0 se veía venir, porque los realistas lo querían y lo buscaban. Y lo encontró Illarramendi, con un lejano disparo de falta ante el que quizá podía haber hecho algo más. No funcionaba ni la portería del Depor, que encima cuando tuvo la oportunidad de volver al partido, se encontró con un recuperado Rulli, que sacó una mano espectacular a disparo de Lucas. Mal síntoma para un Depor que se venía abajo ante una Real que daba muestras de recuperación. Los goles Canales, Illarra de nuevo y Aritz redondeaban con una manita una noche esperada desde hace demasiado tiempo y que disfrutó Anoeta, necesitada de una alegría tras una semana complicada. Este equipo no está muerto, ni mucho menos. Y Eusebio sigue teniendo vida. Veremos cuanto le dura. Pero el camino lo tiene marcado. El Depor, necesita hacer mucho más si quiere salir de abajo. Por Anoeta pasó como un fantasma. Apenas se le vio.