Zidane y su plantilla: prietas las filas

Pasó el mes de enero y Zidane impuso su criterio: no ha entrado ni salido nadie. Como ha venido insistiendo, terminará la temporada con los mismos con que la empezó, de los que dice sentirse dichoso. No sé si es exactamente así, dado lo muy poco que utiliza a algunos, a los que quizá hubiera venido mejor salir. Llorente, por ejemplo, al que han pretendido varios. Pero ha valorado por encima de todo la seguridad del grupo. De toda la Primera División, el Madrid ha sido el único equipo sin cambio. Zidane ha resistido incluso el intento del club de incorporar a Kepa Arrizabalaga, que llegó a pasar reconocimiento médico, aunque ahora lo niegue.

También la gran mayoría de sus rivales en la Champions se ha reforzado. Las excepciones son, con el Madrid, la Juventus, el Roma y el Nápoles. Los otros doce han hecho incorporaciones interesantes. Mourinho se ha llevado a Alexis; Guardiola, a Laporte; Emery ha apuntalado algo más la línea media con nuestro viejo conocido Lass Diarra; Pochettino ha pillado a Lucas Moura... Y el Barça, claro, con Coutinho y Yerry Mina. Unos y otros se han descartado de algún peso muerto y han fichado algo que completara lo que tenían, que cubriera un déficit sobrevenido en alguna zona, que compensara una lesión, que equilibrara...

Es llamativa la firmeza de Zidane en su idea, su persistencia en un grupo. Una vieja ley del fútbol prescribe que todo equipo, por bien que haya ido, necesita retoques para avivar la competencia, pero el Madrid ha abordado este curso con los mismos titulares del pasado, y no parece que le vaya bien. Ayer mismo Illgner se extrañaba en twitter de que no hubiera venido un delantero para crear competencia a Benzema, que entra en la segunda vuelta de LaLiga con dos goles. Zidane arriesga con su decisión, con su respaldo sin resquicio a todos los que tiene, titulares y suplentes, con los cuales decidió, juntos y prietas las filas, hacer el viaje hasta el final.