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PYEONGCHANG 2018

Jordan Greenway rompe el muro racial del hockey en EEUU

Será el primer deportista negro con el Team USA de hockey hielo en unos Juegos y aspira a ser un modelo: "Que los niños no piensen que, por ser negros, sólo pueden jugar al baloncesto".

MéxicoActualizado a
Jordan Greenway, en la sesión de fotos del Team USA para los Juegos de Pyeongchang 2018.
Getty Images

El hockey sobre hielo es el único de los cinco grandes deportes profesionales en Estados Unidos donde la diversidad racial es prácticamente inexistente. No sólo es la percepción popular de que es un deporte para blancos en un país repleto de deportistas negros. Los datos lo corroboran: en la NHL, sólo el 2,29% de sus jugadores son afroamericanos aunque haya casos muy notables, como el de P.K. Subban (Nashville Predators). En la universidad, el dato es aún más crudo, desciende al 0,77%.

Pero un patinador universitario (aunque ya drafteado por los Minnesota Wild de la NHL) ha venido para cambiar esto. Es Jordan Greenway y en los Juegos de Pyeongchang (Corea del Sur) que comienzan el mes que viene se convertirá en el primer olímpico negro en representar al equipo de hockey hielo de Estados Unidos en unos Juegos de invierno. La disciplina figura en el programa olímpico desde 1920. Willie O’Ree rompió la barrera racial de la NHL en los años cincuenta, y ahora le toca a este atacante de la Universidad de Boston hacer lo propio cinco décadas más tarde en plena era Trump.

La presencia de Greenway viene favorecida por dos circunstancias muy particulares. La principal, el cruento conflicto entre la NHL y el COI que ha terminado con la gran liga norteamericana prohibiendo la presencia de sus jugadores en Corea. El Team USA ha tenido que elegir jugadores de otras ligas y universitarios. Por ahí se le abrió la puerta a Greenway. La otra, su peculiar origen. Nació en Canton (Nueva York), a sólo 15 kilómetros del río St. Lawrence que ejerce de frontera natural con Canadá, el país por antonomasia del hockey. Tampoco su infancia fue común, porque su padre abandonó el hogar familiar y creció en una localidad en la que sólo el 4,7% de sus habitantes son de raza negra.

Con 20 años y convertido en una auténtica mole (1,98 metros y 106 kilos), participó en el Mundial Junior de este año y aspira a ser un referente para una nueva generación de jugadores negros. “Me gustaría ser una inspiración para los niños, que vean que pueden salir y hacer algo diferente, enfrentarse al estereotipo de que si eres negro, tienes que jugar al baloncesto”, decía esta misma semana en Sporting News.

Si toda va como se espera, en Pyeongchang logrará traspasar el último muro, calzarse el jersey del Team USA. Una selección venerada desde el Milagro sobre el Hielo contra la URSS, hace 38 años en los Juegos de Lake Placid. Pero estos Juegos, huérfanos de los mejores jugadores del mundo, abrirán hueco a otras historias quizá más importantes desde el prisma humano. Como la de Jordan Greenway