Amrabat rompe tres años de sequía y da ventaja al Leganés
Marcó 984 días después y se fue tocado. El Villarreal comenzó a notar la ausencia de Bakambu en la delantera. Partido aburrido para iniciar el 2018.
Butarque estrenó 2018 encallado en una Navidad perpetua, con los polvorones saturando el juego de sus futbolistas. Daba igual el color de sus camisetas. Blanquiazul, amarillo… La ida de los octavos de final de la Copa fue un ejercicio de fútbol pastoso. Como decir Pamplona con el dulce festivo en la boca. Imposible. Casi maleducado para el espectador. Sólo Amrabat supo deshacer el embrujo, y arrancar de raíz la plantación de bostezos que reinó al sur de la capital. Su gol pone en ligera ventaja al Leganés para la vuelta en el Madrigal. El primero tras casi año y medio sin ver puerta. El Villarreal sigue sin ganar en Butarque desde que los pepinero son de Primera.
El insomnio inicial se contagió del césped a la grada. Mandó el aburrimiento en la parroquia madrileña desde el minuto dos. En el primero El Zhar cazó un cabezazo que olía a prólogo interesante. Mentira. El línea pitó fuera de juego, deshizo la emoción de la jugada e inauguró un desierto de fútbol en pleno invierno. Duró 19 minutos. Hasta el 20’, cuando Amrabat protagonizó un acercamiento desprovisto de su correspondiente “¡Uy!”. No hubo tiro. Sólo peligro. Pero bastó para saciar la sed de emociones. Y eso que pareció una gota en pleno secarral.
El primer remate de verdad hostil fue visitante y lo engatilló Cheryshev en el 26’. La bola huyó pegada al palo izquierdo de Champagne. Ramiro y un centro que despejó bajo palos Rubén Pérez fue el resto de producción realmente peligrosa en 45 minutos regados de tedio. ¿Y el Leganés? Un remate bloqueado de Raúl García y otro lejano de El Zhar fueron la máxima producción de una escuadra en la que las andanzas defensivas de Siovas coleccionaron más aplausos que los intentos por perforar la meta de Barbosa.
Quiso la fortuna que el arranque de la segunda parte fuera calcado al de la primera. Primer minuto, ocasión del Lega. Pero esta vez la bola fue dentro y en el gol colaboró la suerte y Pau. El central canterano del Villarreal convirtió un despeje de Bustinza en una asistencia perfecta a Amrabat. El marroquí engatilló la bola dentro del área y Barbosa la detuvo…pero con manos blandas. La bola entró entre sollozos. Pero entró. Amrabat apenas lo celebró tocado por un golpe en el costado, pero motivos le sobraban. Era su primer gol con uno de sus equipos en 984 días. El último lo hizo el 26 de abril del 2014 con el Málaga y ante el Dépor.
El Villarreal, espoleado por el aguijonazo, rondó un par de veces el área de Champagne hasta que Gumbau rozó el 2-0 con un buen latigazo lejano. Raba y Naranjo amenazaron con cambiar el marcador, pero todo siguió igual, con una ligera ventaja pepinera de cara al partido de vuelta en el que todo estará por decidir.