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NFL

Llegó la hora: Los pronósticos para la semana 17 de la NFL

Seis equipos se disputan los tres lugares restantes a postemporada en el último domingo de la campaña regular.

Estados Unidos
Seis equipos se disputan los tres lugares restantes a postemporada en el último domingo de la campaña regular.
AFP

No me enorgullece admitir esto. Vi “Fever Pitch”. Voluntariamente.

Si usted, amigo lector, también tuvo que sufrir 104 minutos de lo que aparentemente era una interminable tortura con Drew Barrymore y Jimmy Fallon a mitad de la década pasada, sabrá de lo que hablo. Si usted tuvo la fortuna de pasar esas casi dos horas haciendo cualquier otra cosa, y en verdad cualquier otra cosa califica, felicidades.

Bueno, al grano. En ese, llamémosle filme, hay una escena en donde Jimmy Fallon, ferviente fanático de los Red Sox, se indigna al ver a algunos jugadores del equipo muy relajados cenando después de perder un juego de playoffs contra los Yankees, y les dice a sus amigos, palabras más, palabras menos: Míralos, parece que no les importa y a nosotros nos está llevando el carajo. Es entonces que finalmente se da cuenta, para los jugadores es un trabajo, para los seguidores es algo más.

¿A dónde voy con todo esto? A la saga James Harrison-Steelers-Patriots.

La tarde del martes los Patriots firmaron a Harrison apenas tres días después de que Pittsburgh le dio la última de una serie de patadas en el trasero al líder de la franquicia en sacks.

La firma por parte de los Patriots debería ser la parte menos sorpresiva del párrafo anterior. A fin de cuentas es ‘Vintage Belichick’. Tomar a un jugador disponible de un rival de peligro, extraerle información y si le sirve en el campo bien, si no, gracias vete y no vuelvas. El monje lo ha hecho miles de veces y lo seguirá haciendo.

Lo que sorprende es el trato que recibió Harrison, quien le dedicó 14 años de su vida a los Steelers. Fue gran responsable del sexto título en la historia de la franquicia con su intercepción y devolución de 99 yardas a las diagonales para un columpio de 14 puntos en los últimos segundos de la primera mitad del Super Bowl XLIII.

Fue responsable de darle el pase a Pittsburgh a la Final de la AFC el año pasado con un sack a Alex Smith en una conversión de dos puntos que hubiera empatado el juego divisional. Fue responsable de 80.5 sacks. De infundir temor, respeto y admiración por su impecable ética a la hora de ir al gimnasio. Nada de eso importó el viernes pasado ni en toda la temporada, en donde apenas sumó cinco partidos.

Pensándolo bien, tampoco sorprende que Pittsburgh se haya desecho así de él. No es la primera vez que lo hacen. Prácticamente obligaron al retiro a Troy Polamalu y Hines Ward. Lo mismo con Franco Harris. Si un equipo se distingue por no darle una despedida adecuada a sus históricos es Pittsburgh. O podemos creerle a Maurkice Pouncey y adoptar la teoría de que ‘Deebo’ forzó su salida del equipo.

¿Harrison? Hizo lo que tenía que hacer. Hace dos años salió del retiro con la única finalidad de conseguir su tercer anillo, y tenía la esperanza de lograrlo con Pittsburgh. Esa era su motivación, la sortija, no los colores o la ciudad. Es un trabajo.

Una vez libre, Harrison mantuvo su mentalidad. Quiero un anillo y voy a ir a donde se me dé la mejor oportunidad de conseguirlo, y New England nunca será una mala opción para conseguirlo. Si en el camino le restriego el éxito a quien me creía acabado, considerémoslo un bono.

Me voy a robar la descripción que me dio un amigo. Si tu novia a la que adorabas repentinamente termina una larguísima relación, y a los tres días tienes la oportunidad de ligarte a su mejor amiga, ¿qué harías? Lo que está haciendo Harrison. Y no se le puede culpar. Tal vez consiga su sortija…

O tal vez no.

Lo que sí es un trabajo es hacer los pronósticos de la última semana de temporada regular con tantos juegos intrascendentes y titulares en el aire. Veamos:

Panthers (11-4) en Atlanta (9-6): De los 16 juegos del último día del año, ninguno tiene más relevancia que el Panthers-Falcons. Ni cerca. Falcons gana y está en la fiesta. Panthers gana, y si se combina con una derrota de los Saints son campeones divisionales, si a eso se le suma horas antes una derrota de los Vikings, descansan la ronda de comodines.

No es poco lo que se juega. Los Falcons se encuentran en esta posición de todo o nada víctimas de sus propios errores. La semana pasada dejaron ir la oportunidad de firmar su pase, sumaron derrotas inverosímiles en casa ante Buffalo y Miami en semanas consecutivas y su ofensiva, aunque balanceada, ha sufrido con lapsos de inconsistencia durante toda la temporada en general, y dentro de los mismos juegos.

Ahora reciben a unos Panthers que han ganado siete de sus últimos ocho juegos, incluyendo un triunfo 20-17 sobre los Falcons en la semana nueve. Su ofensiva ha tenido lapsos dominantes, mientras que su defensiva _ supuestamente su punto fuerte _ ha permitido al menos 20 puntos en cinco de sus últimos seis partidos.

Es difícil encontrar un duelo más parejo. Los ataques tienen una producción increíblemente similar, han permitido exactamente los mismos puntos en toda la temporada, y la fortaleza de los Panthers, su ofensiva terrestre, es también el punto fuerte de la defensiva de los Falcons.

Todo va a depender del control de balón. Los Panthers encabezan la liga en tiempo de posesión, mientras que Atlanta ha tenido al menos un intercambio en contra en 10 de los 15 juegos hasta el momento. Todo se resume a momentos clave. Y ya sabemos el historial de los Falcons en este tipo de situaciones. Panthers por 4.

Jaguars (10-5) en Tennessee (8-7): Los Jaguars tienen la posibilidad de cerrar un año memorable con una oportunidad que no se presenta todos los días.

Con el tercer lugar de la AFC asegurado, que significa que evitarían a los Patriots hasta la final de conferencia, los Jaguars tienen ante sí la oportunidad de meterle el pie a un rival divisional de que alcance los playoffs por primera vez desde 2008

La cuestión aquí es: ¿qué hacer? Los Titans están en control de su destino, lo que significa que un triunfo los mete a la fiesta grande. Ese es el predicamento de Jacksonville. ¿Jugar con todos los titulares, hacer lo posible porque no entren a postemporada y vengar la derrota de 37-16 en la semana 2? ¿O jugar a medio gas, no mostrar todas sus armas y darle a los Titans el pase a playoffs y una inyección de confianza para el próximo fin de semana cuando se vuelvan a encontrar?

No es una decisión sencilla para Doug Marrone. Por fortuna, los mismos Titans podrían facilitarles las cosas. DeMarco Murray podría no jugar para explotar el punto más vulnerable de los Jaguars, la defensiva contra la carrera.

La lógica diría que Jacksonville no arriesgara de más, aprovechara para ver en primera fila al que posiblemente sea su rival en playoffs y si en el camino se encuentra el triunfo, bienvenido. Sin embargo, Jacksonville también necesita recuperar la confianza después de que Blake Bortles lanzó tres intercepciones y la segunda mejor defensiva de la NFL admitió 44 puntos, más que el total de sus tres partidos previos.

Creo que Marrone va a seguir esa lógica, va a tomar lo que Titans le dé, que no será mucho y aprovechará la oportunidad para ver de cerca a un rival obligado a mostrar todas sus cartas. Ya en playoffs, la historia sería otra. Titans por 4.

Bengals (6-9) en Baltimore (9-6): Uno ve los números de los Ravens y lo primero que piensa es que es un equipo que está jugando bien, que merece estar en playoffs. Marca de 9-6, la novena mejor ofensiva, la cuarta mejor defensa, la defensiva que más balones roba, un conjunto que explota sus fortalezas y juega football básico de diciembre.

Luego ve su calendario en el que han ganado cinco de sus últimos seis partidos, ante rivales como Green Bay, Houston, Detroit, Cleveland e Indianápolis y todo cobra sentido. Y no, los Bengals no se salen de ese patrón de equipos cómodos que le han permitido a Baltimore colocarse a un triunfo de volver a playoffs después de dos años de ausencia.

Pero eso no es culpa de Baltimore, tiene su mérito aprovechar lo que se les da. A fin de cuentas son un equipo que tiene tres blanqueadas en la temporada, incluyendo un 20-0 ante Cincinnati para abrir la campaña. Hacer eso, y llegar en control de su destino a la última semana de temporada no es solo meritorio, sino admirable al considerar el número de lesiones graves que han sufrido.

Cincinnati, por su cuenta, no tiene mucho que ofrecer. Uno pensaría que dignidad, pero ese barco hace mucho que partió. Los Bengals le dieron su regalo de despedida al coach Marvin Lewis la semana pasada al vencer en casa a Detroit. Repetir el truco EN Baltimore ante un equipo que sabe a lo que juega, que está mejor dirigido, y es más talentoso, sería un milagro de Año Nuevo. No va a suceder. Ravens por 11.

Y lo demás a TurboPicks:

Browns (0-15) en Pittsburgh (12-3): Hay Kardashians que son más difíciles que los Browns. Steelers por 14.

Packers (7-8) en Detroit (8-7): El equivalente a tener shampoo en los ojos durante tres horas. Lions por 5.

Texans (4-11) en Indianapolis (3-12): La clase de juegos por los que en junio estaremos rezando que lleguen. Colts por 2.

Bears (5-10) en Minnesota (12-3): No sé porque me recuerda al capítulo de los Simpsons en el que Jeremías Springfield mata a un oso con sus propias manos. Vikings por 8.

Jets (5-10) en New England (12-3): Pasé 15 minutos pensando una forma en que los Patriots pudieran perder este juego, y no se me ocurrió ni una. Patriots por 11.

Redskins (7-8) en NY Giants (2-13): El resumen de mi 2017 en tres horas. Redskins por 7.

Cowboys (8-7) en Philadelphia (13-2): Juegos como este son los que mantienen a Jason Garrett con trabajo. Cowboys por 5.

Chiefs (9-6) en Denver (5-10): Tan irrelevante como la carrera de Paxton Lynch. Chiefs por 5.

49ers (5-10) en LA Rams (11-4): El único trabajo de los Rams es mantenerse saludables, lo que significa que Garoppolo mantiene el invicto. Niners por 4.

Bills (8-7) en Miami (6-9): Jay Cutler es tan virulento que no solo arruina las aspiraciones de playoff de su propio equipo. Dolphins por 3.

Raiders (6-9) en LA Chargers (8-7): Los Raiders son como una película pirata de estreno. Cada vez se ven peor. Chargers por 10.

Cardinals (7-8) en Seattle (9-6): Los Seahawks son como un matrimonio disfuncional pero que aún tiene esperanza gracias a sus hijos, como lo son los Cards. Seahawks por 3.

Saints (11-4) en Tampa Bay (4-11): Los Saints tienen motivos para pelear. Los Bucs también... pero entre ellos. Saints por 8.

Eliminator/Survivor: Steelers y no necesito explicarlo.

La semana pasada: 12-4

En la temporada: 151-88