Jordan Bell (20+13) neutraliza a Kuzma (27+14) y Lonzo (24): ¡los Warriors ya dominan la NBA!
Los Lakers se quedaron cerca de remontar 23 puntos en un entretenido partido marcado por las grandes actuaciones de los rookies. Regreso de Draymond Green.
No defraudó la tercera entrega de la temporada del enfrentamiento entre los Warriors y Lakers. Como en los dos primeros duelos, disputados ambos en el Staples Center y resueltos en la prórroga, la victoria cayó del lado de los campeones (113-106). No hubo tiempo extra esta noche, aunque los angelinos llegaron con opciones tras casi culminar una remontada de 23 puntos (71-48, minuto 28) en la segunda mitad. En parte no fue así gracias al gran trabajo realizado en ambos aros por el rookie Jordan Bell. El número 38 del draft 2017, por quien Golden State pagó 3,5 millones de dólares a los Bulls, logró el primer doble-doble de su carrera y sus mejores marcas en puntos (20, con 9/13 en tiros) y rebotes (10, 6 de ellos ofensivos), además de repartir 3 asistencias, robar un balón y poner un tapón. El +22 (el mejor dato del encuentro) que sumó su equipo en los 25 minutos que jugó no es casualidad.
Lo mejor de Jordan Bell
Su regreso al parqué a falta de 3:12 para la conclusión y con un muy amenazante 99-97 en el marcador resultó decisivo para acabar con la rebeldía de unos Lakers que no bajaron los brazos en ningún momento. Ayudó a parar varias penetraciones con anticipación y una buena colocación en defensa, mientras que en ataque soltó a su equipo sacando partido de la atención que generaban Kevin Durant y Draymond Green. A ninguno de los dos les tembló el pulso en los minutos finales desde la línea de tiros libres. El alero, en una noche sin excesivos alardes, acabó con un 33+7+7, 4 tapones y un par de robos. Mientras que la energía y el trabajo que aporta en todas las facetas Draymond se notó y mucho. Tras cuatro partidos seguidos de baja por un problema en el hombro, firmó 13 tantos, 11 rebotes, 7 asistencias y recuperó 2 balones.
Green sí estará listo para recibir a los Cavaliers por Navidad (aunque antes deben jugar esta misma noche ante los Nuggets), aunque quien lo tiene prácticamente imposible para llegar es Stephen Curry (tobillo derecho). Steve Kerr le descartó al 99,9% pese a que le pudimos ver lanzando a canasta antes de un partido en el que, por cierto, los Warriors encadenaron su undécimo triunfo consecutivo y que cerraron (y también inauguraron) con KD, Green, un Klay algo apagado, un jugador de segundo año (Patrick McCaw) y el novato Bell. El potencial de este equipo es extraordinario. Solo así se puede explicar que, pese a haber tenido entrando y saliendo a Green, a Curry fuera los seis últimos encuentros, a Pachulia y Livingston también en la enfermería, hayan sido capaces de seguir el ritmo a los Rockets. Y no solo eso, tras las dos últimas derrotas de los texanos, ya nadie tiene mejor récord (26-6) a día de hoy que los Warriors.
A Lonzo se le dan bien los Warriors
El primero de esos dos tropiezos de Houston se produjo precisamente ante unos Lakers que también estuvieron cerca de terminar con la racha triunfal de Golden State. Lonzo Ball refrendó que se la da muy bien medirse a los de Oakland y cuajó una notable actuación (24+5+5), especialmente desde el triple. Su 5/6 supone un nuevo tope personal para el base, quien por primera vez enlaza en la NBA cinco noches seguidas con dobles dígitos en la anotación. No llega al 35% de acierto en tiros de campo a lo largo de sus 30 primeros partidos, pero en tres ante Golden State promedia 18,3 puntos con un 50% en tiros y un 57,9% en triples.
Junto con la aportación de Julius Randle (21+10) desde el banquillo, el número dos del último draft fue el mejor en la primera mitad. También acabó muy bien el encuentro, atacando al aro con decisión e inteligencia. Pero el verdadero culpable de que los Baby Lakers creyeran en la victoria fue Kyle Kuzma. El último número 27 del draft aportó 19 tantos (con 6/8 en el lanzamiento) solo en la segunda mitad para un total de 27 y 14 rebotes. Cuatro actuaciones seguidas superando la veintena. Las tres últimas llegando, al menos, a los 25 puntos. Algo que no se veía en un novato de los Lakers desde Jerry West en la temporada 1960-61. En efecto, estos Lakers tienen muy buenos mimbres para el futuro. Aunque con ello no les llegue aún para doblegar a un equipo mayúsculo que ya vuelve a dominar la NBA.