—¿Cuál es su primer recuerdo de As? — Una foto que me hicieron, recién operado de menisco, junto a mi madre que me estaba cuidando. Se veía que el periódico iba a ser algo importante...
—¿Qué supuso su aparición? — Lo esperábamos con mucha ilusión, sobre todo los lunes para buscar la calificación que nos ponían tras el partido.
—¡Miraban las picas! — Sí. Nos gustaba. Era una novedad y se comentaba en el vestuario. Aunque algún mosqueo también nos llevábamos… (risas).
—¿Se veía a la gente de Vallecas con el As? — Se vendía muchísimo. Y también en mi pueblo, Pedro Bernardo (Ávila). Hay un exalcalde de allí, muy amigo mío, que cuando yo no lo había leído me llamaba para comentarme lo que habían dicho de mí o con quién me había visto. ‘Cuando vengas ya te lo enseñaré’, me prometía.
—Antes, ¿qué espacio se destinaba para el Rayo? — Estando en Segunda nos daban las páginas centrales: con la crónica, fotografías, los entrenadores… De periodistas recuerdo a Miguel Vidal, así a bote pronto, y partidos contra el Sporting, el Cádiz… con el campo lleno y todo el mundo de pie. Estábamos contentísimos de estar en un club como éste. Cobrábamos dos duros, pero nos sentíamos queridos.
—¿Qué reportaje guarda con especial cariño? — Me gustan todos. As siempre ha tratado muy bien al Rayo y he notado un cariño muy especial hacia mí.
—Y estando en Segunda, usted apareció en un serial de jugadores de Primera. — Es el mayor halago que he sentido siendo futbolista. Cada semana salía un jugador de Primera como el más destacado de la jornada. Publicaron mi historia y lo guardo como un tesoro. Arranca con mi nacimiento, cuando mis padres me trajeron a Madrid y jugaba de crío cerca de La Mina (Carabanchel)... Teníamos un poste de luz de madera en el centro del campo y un día me di un cabezazo…
—También fue portada su homenaje: la previa y el partido. — Vino Di Stéfano y salía en las fotos. Era un fenómeno. Lo teníamos todos como un Dios del fútbol y es que lo era. Nunca he visto a un futbolista más completo. Ahora los hay técnicamente superiores como Messi, que es un fuera de serie, pero yo vi a Di Stéfano y no hacía nada mal. Ha sido el mejor.
—¿Cómo era la relación con los periodistas de entonces? — Había una camaradería que se acabó hace muchos años. Nos esperaban, salíamos con ellos a tomar algo al ‘Sol y Aire’. Lo pasábamos muy bien, te podían llamar a cualquier hora… No tiene nada que ver con lo de ahora.
—¿Cómo ve a este Rayo? — Va por muy buen camino y la afición está ilusionada. No hay que despegarse del playoff.
—Usted ha estado en equipos históricos del Rayo... — El del primer ascenso a Primera era insuperable. Esa temporada fue fantástica. No sabría decirte si lo llegó a mejorar el Matagigantes... No pude jugar mucho en la élite porque me operaron a principio de la temporada. Ningún grande ganó en Vallecas. De entonces, guardo una foto con especial cariño. Es de un partido contra el Valencia, cuyo capitán era Kempes. Salgo con él y con el árbitro, Guruceta. Fue la única vez en la que fui capitán del Rayo en Primera.
—¿Sueña con ver una portada con el ascenso del Rayo? — Sí, se puede conseguir. No hay equipos superiores. Veo mimbres.
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“¡El niño de la foto es mi hijo!” Encima de la mesa estaban la portada del primer ascenso, los cinco capítulos del serial acerca de su vida... Y entre todos los recortes, Felines brujuleó una foto en la que se le ve agarrando a su hijo mientras habla con Pirri. Era su partido homenaje. “¡Mírale, este niño de la foto es mi hijo!” , dijo emocionado.