La FIFA intervino Argentina con una ‘Comisión Normalizadora’

El 21 de julio de 2016 se produjo uno de los capítulos más oscuros de la historia del fútbol argentino. Un Comité que nombró la FIFA creó la Comisión Normalizadora de la AFA. Ante la crisis política y económica que atravesó la AFA después de la muerte del presidente, Julio Grondona, quien estuvo más de 30 años en el poder (también vicepresidente de FIFA), y los intentos de injerencia del gobierno nacional en el fútbol argentino, la FIFA decidió la intervención de la Asociación del Fútbol.

Con Luis Segura como presidente interino, la puja de intereses se había consumado en un escándalo con unas elecciones en las cuales las dos listas competidoras habían conseguido un empate porque uno de los dirigentes llamativamente había votado a las dos listas competidoras. El bochorno de las elecciones empatadas en votos para cada agrupación fue sólo la postal de la incapacidad de los dirigentes de encauzar el destino del fútbol argentino. Los números rojos en las arcas de la AFA habían alcanzado 222 millones de pesos, unos 10.690.000 euros, una cifra desorbitada para el fútbol local.

La FIFA amenazó con desafiliar a la AFA y con ello impedir su participación en el Mundial de Rusia 2018. Y después de muchas idas y venidas terminó acordando enviar al país a un comité para gestionar la normalización de la AFA cuyas cabezas visibles fueron Primo Corvaro, de FIFA, y Montserrat Giménez, de CONMEBOL. Ellos fueron los encargados de elegir a los miembros de la Comisión Normalizadora: con Armando Pérez como presidente; Javier Medín, vicepresidente; Carolina Cristinziano, secretaria, y Pablo Toviggino, en la tesorería.

FIFA sostuvo que la ‘Comisión Normalizadora’ tenía “el derecho y el deber de tomar las acciones” que considerara correctas “para asegurar el correcto funcionamiento” del fútbol argentino.

Según Corvaro, las tres tareas fundamentales de la nueva Comisión de la AFA serían: “Se encargará de la parte administrativa, en la que se incluye la elección del entrenador de la selección y cómo se jugará el torneo; la revisión de los estatutos; y la convocatoria de unas elecciones”.

Primera crisis. Pero en septiembre la Comisión ya afrontaba su primera crisis: el Gobierno Nacional, dueño de los derechos de televisión del fútbol, se negó a aumentar el dinero para repartir a los clubes y se inició una huelga. Y se produjo una huelga en el fútbol que paralizó durante tres meses el torneo local y que se reanudó en marzo.

La AFA cerró 2016 en una crisis que pareció terminal: sin dinero, sin acuerdo para la venta de los derechos de televisión y con una denuncia penal de la AFIP (Hacienda) y la exigencia de la jueza, María Servini, de convocar elecciones antes de fin año.

A esto se sumó la renuncia de Gerardo Martino al frente de la selección argentina después de haber logrado el subcampeonato en la Copa América de Estados Unidos, con la renuncia de Lionel Messi a la selección, y de que los dirigentes del fútbol le negaran la cesión de futbolistas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y se produjo la designación polémica de Edgardo Bauza como entrenador sustituto, después de que circularan once candidatos al banquillo de la albiceleste, y que a muchos de ellos les ofrecieran el cargo sin hablarles de dinero, entre ellos el actual entrenador de la selección, Jorge Sampaoli.

El 30 de marzo de 2017, los dirigentes de AFA eligieron al presidente Chiqui Tapia. Habían pasado 973 días de la muerte de Julio Grondona y 251 de la administración por parte del Comité de Regularización promovido por la FIFA.

A partir de ese momento se pudo acordar la venta de los derechos de televisión, necesarios para la refinanciación del fútbol argentino, la normalización de los torneos y su reestructuración. La intervención de la FIFA en la AFA tuvo más puntos negativos que positivos, aunque también hay que decir que la incidencia de las disputas políticas a nivel nacional en la Asociación del Fútbol Argentino no ayudaron en nada a esta ‘Comisión Normalizadora’.