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Cuando el Barça sale a comprar al mercado, el culebrón está asegurado

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Culebrones asegurados. De un tiempo a esta parte, el Barcelona es como aquellos que van al supermercado y pagan en monedas de céntimo creando unas colas antológicas. No hay un fichaje que el equipo blaugrana acometa que no se convierta en un culebrón en el que participan intermediarios, tíos, agentes, primos, fondos de inversión, jeques, capitalistas norteamericanos y presidentes enfadados. Son negociaciones en las que hay fotografías inoportunas, documentos de transfer request, amagos de rebelión, lesiones sospechosas, marchas atrás insospechadas e informes de secretaría técnica contradictorios. Y tanto da que sea verano o invierno. La capacidad del Barça para liarse en el mercado está por encima del paso de las estaciones.

Más madera. Si no querían caldo con el brasileño del Liverpool, esta Navidad apuntan dos tazas más. Vuelve el culebrón con Klopp y los ejecutivos del Liverpool dando largas. No obstante, parece que esta vez, la trama añade más personajes respecto a la del verano y se suman otras opciones interesantes, como la del brasileño Arthur, centrocampista del Grémio de Porto Alegre.

El de la foto. Arthur les sonará porque es el que sale con la camiseta del Barça en una foto que se tomó recientemente con Robert Fernández, secretario técnico del Barça, en una imagen que demuestra por un lado que el chaval y el club van en serio y que a partir de esa instantánea, el precio del jugador se ha incrementado en unos diez millones respecto a lo previsto. Por otro lado demuestra que en cuanto el Barça va a buscar jugadores a Brasil, se produce una confluencia astral que hace que todo se complique extraordinariamente.

El central. Y ojo que la trama brasileña no está agotada. Tenemos a Yerri Mina, central colombiano del Palmeiras, otro de los ingredientes que aparecen en todas las salsas. Aquí se suma otro de los problemas que aquejan al Barça cuando pone el pie en el país del Ordem e Progresso: Los derechos compartidos de un jugador y los parientes que hacen de representante, en este caso, su tío.

Problema doméstico. Y para que no falte de nada, en casa tenemos el problema de Mascherano, que de nuevo vuelve a pedir irse del Barça. A China nada menos. Y aspira a irse casi gratis cuando el Barça estuvo cuatro meses negociando por Paulinho con el Guanzhou, para no rebajar ni un euro.