Últimos en la Liga de Quique

La dolorosa derrota en Eibar deja muchos aspectos negativos, como las decepcionantes declaraciones de Quique. Decir que el Espanyol juega la Liga del 7º al 15º es una excusa de mal pagador. Obvio que somos el presupuesto décimo, pero de ahí a realizar un ejercicio de autoprotección como el que hizo en Ipurua va un mundo. Nadie exige una clasificación europea inmediata. Por ello, cuando a la afición se le vende un cuento infundado, ésta estalla de forma colérica. Pretender equiparar al Espanyol más caro de la historia, con una inversión en dos años de 23 millones en fichajes, con el resultadísmo casi forzoso de Javier Aguirre o Sergio González, quienes no tenían ni la mitad del actual presupuesto y a quienes exigíamos algo más que la mera permanencia, resulta una tremenda desilusión.

Bien haría el técnico de aparcar las excusas y abrazar la autocrítica, aquélla que nos ayudará a solventar las múltiples y evidentes carencias que arrastramos en el terreno de juego, sino quiere ver como la clasificación empieza a convertirse en un pequeño Tourmalet y Cornellà-El Prat, en un pequeño desierto en la grada. Al fin y al cabo, la gente necesita algo más para engancharse que no un equipo que aspire a quedar entre los 15 primeros. Por cierto, somos colistas de “nuestra Liga”, algo que nos debería hacer reflexionar sobre lo que está aconteciendo esta campaña. Una Liga, la suya, que no tiene ningún atractivo que ofrecer al perico por lo que le pido que reflexione. Al fin y al cabo es una persona inteligente y sabe que el socio necesita más y se le puede dar mucho más.