Los Celtics, primer equipo que llega a las 20 victorias este año
A Boston le costó más de los previsto acabar con los Suns de Booker (38 puntos). Jayson Tatum y el talento de Kyrie Irving decidieron.
Los Celtics tomaron enseguida el control del marcador, pero nunca llegaron a romper el encuentro. Superiores, sestearon en exceso ante unos Suns agarrados al brutal talento de Devin Booker y a su superioridad en la pintura. Phoenix dominó el rebote (31-45), consiguió 10 tantos más en segundas opciones que su rival (9-19) y firmó otros 22 en la zona (38-60). Tyson Chandler, muy activo, aprovechó a la perfección la atención que generaba Booker para ganar la espalda a los interiores de Boston y cargar el rebote. Acabó con un 14+18.
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Precisamente un mate del pívot puso a los de Arizona 2 arriba (65-67) mediado el tercer cuarto. Solo entonces los verdes despertaron ligeramente de su letargo y en un visto y no visto su segunda unidad (30 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias aportaron entre Marcus Morris y un Marcus Smart que ya no es solo energía: cada vez lee mejor el juego) se gustaba ante la peor defensa de la Liga para poner un +17 (96-79) en el inicio del último cuarto. Dieron por acaba la faena antes de tiempo. Justo lo contrario que TJ Warren (19) y Mike James. Ambos se encargaron de reducir la distancia para que la irrupción de Devin Booker llegara a colocar a los visitantes a 2 puntos a falta de un par de minutos (105-103). El escolta no dejó de creer, pero entonces Tatum demostró el porqué es de todo menos un rookie. 6 tantos suyos y otros 5 de un Irving exquisito mataron el partido con la colaboración especial de Al Horford. El dominicano ofreció una master class de lectura de juego: concluyó con 11 asistencias (récord de su carrera), 5 rebotes y 14 puntos.
Booker, un diablo
El partido estuvo presidido por lo sucedido durante la última visita de los Suns al TD Garden. Aquel día, Devin Booker se dio a conocer para el gran público al sumar 70 puntos. Hoy no llegó a ese nivel, pero volvió a ser un incordio con su rapidez para encarar el aro y romper en el uno contra uno. Su par de triples en los dos primeros minutos sirvió como carta de presentación. Antes de ser eliminado por faltas, se fue al banquillo con 38 puntos (16/29 en tiros), 4 rebotes y 5 asistencias. En total, contabiliza 108 puntos en sus dos últimos partidos en Boston. Una barbaridad.