El Málaga se atascó ante el muro que plantó el Levante de Muñiz
El Málaga no pudo con el ultradefensivo Levante de Muñiz. Paradón de Roberto a Nano que salvó un punto para un equipo de Míchel, con poco argumentos.
Demasiado muro granota para un Málaga tembloroso y sin argumentos. El equipo de Míchel quiso pero no pudo. Sin apenas repertorio y escasas ideas nuevas, los blanquiazules tropezaron una y otra vez con el severo entramado defensivo planteado por Juan Ramón Muñiz, el antiguo entrenador del Málaga. El Levante, vino a por un punto, casi se lleva los tres en tiempo de prolongación y que fue desbaratada por Roberto a Nano con una parada sencillamente impresionante. El Levante mantiene los ocho puntos de distancia sobre un Málaga que sigue quemando sus barcos con pobres fuegos artificiales.
El primer tiempo tuvo poca historia. Soso y aburrido ausente de talento y emociones. El Málaga trataba de llevar la iniciativa con mucho trabajo de Recio, Adrián, Chory, Keko y Peñaranda pero sin hacer sufrir a Oier que solo tuvo que intervenir para desviar a córner un disparo de Peñaranda que se envenenaba en su trayectoria. El Levante renunciaba al ataque. El equipo de Muñiz maniataba el talento malaguista pero sin creatividad ofensiva. De Burgos Bengoetxea perdonó la segunda amonestación a Samu García (minuto 43) por una fuerte entrada sobre Keko en la disputa de un balón al que llegó tarde. Sin fútbol ni ocasiones se llegó al descanso con 0-0. Muñiz, con prudencia, dejó en el banquillo a Samu García imaginando que el árbitro le había cogido la matrícula, y puso en el césped al joven mauritano de 19 años El Hacen.
El Málaga regresó en tromba, o eso parecía. Apenas transcurrido un minuto de la reanudación Oier detiene un balonazo de Diego González prácticamente con su nariz. El guión no variaba. El Málaga proponía pero sin chispa ni fluidez. Los valencianos, agazapados y pacientes bien gobernados por el macedonio Bardhi. El plan de Muñiz pasaba por desesperar a su rival a base de aburrirle. El espectáculo para un espectador al que le guste ver ‘jogo bonito’ era inaguantable. Y el reloj empezaba a ser el cruel enemigo de un Málaga con ansiedad. Así que Míchel sacó a Borja Bastón en lugar del batallador pero escasamente lúcido Peñaranda. El técnico del Málaga puso sobre el verde a Ontiveros para alterar el modo ‘off’ por el que caminaba el bodrio en cuestión y dar algo de alegría. El sacrificado fue Keko que se desgasta más defendiendo de lo que ofrece en ataque. El repertorio malaguista era muy pobre y se limitaba a los saques largos de banda de Luis Hernández.
El Levante daba por bueno el punto y arañaba los segundos en su provecho. Y pudo llevarse los tres puntos en un contragolpe mortal. Morales le dio un gran pase de gol a Nano. Roberto, con un paradón, impidió el 0-1. El Málaga no respira y sigue con el atasco procedente de la planificación tuitera de Al Thani mientras que el Levante, con trabajo de hormiga, se aproxima a sus objetivos.
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