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Tomen ejemplo de Valverde para estas fechas: paciencia y cabeza fría

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Un reto. Se acercan esas fechas tan entrañables en las que desde todos los lados, nuestros amados líderes nos recomiendan que hay que tener la cabeza fría. No coma demasiado, no gaste demasiado, no beba demasiado, cuente hasta 10.000 (en griego clásico, a poder ser) antes de responder a los cuñados en la mesa de la comida familiar o al compañero pesado en la cena de empresa. Todas ellas son medidas de gran sabiduría que contrastan con el aluvión de publicidad de ofertas comerciales, de convocatorias a saraos diversos y que recibimos y generan un stress que únicamente puede soportarse a base de alcohol. Por tanto, ha llegado el momento de hacer caso a la autoridad, tener la cabeza fría y no dejarse llevar por el primer impulso. El Barça no es una excepción. Veamos por qué.

Árbitros. En número uno del ránking de cabeza fría se mantiene, a muchos cuerpos de distancia del resto de la humanidad blaugrana, Ernesto Valverde. Después de que le tangaran un gol como el portal de Belén en un partido decisivo, no sólo no se quejó, sino que incluso se mostró comprensivo con el árbitro y, antes de que se lo recordaran, rememoró otra jugada en la que su equipo salió beneficiado. Nota mental para estas fiestas: en momentos de crisis mirar disimuladamente una foto de Valverde que nos hemos puesto en la cartera.

Messi. Otro que tuvo la suficiente sangre fría como para esperar el momento adecuado de renegociar su contrato y firmar una renovación que algunos directivos del Barcelona, no es broma, califican off the récord como “un sablazo”. No tenían otra opción que renovarle (otra vez) a pesar de que ello hiciera aumentar de un plumazo la masa salarial del club. Hay que saber gastar en el momento adecuado. Así que recuerden. Lleven siempre consigo la foto de Bartomeu firmando el contrato de Messi cuando entren en un centro comercial. Mírenla de vez en cuando. Gasten con moderación y estrictamente lo que necesiten.

El mercado. Llega tiempo de compras. Pero para poder comprar, tiene que haber alguien que venda. El Barça compra a nivel de turista ruso en el Passeig de Gràcia, pero vende menos que las castañeras en pleno cambio climático. Después de la renovación de Messi, aún sueñan con que los Reyes traigan a Coutinho, pero para eso va ser obligatorio vender antes a juguetes carísimos como Arda, que aún no han salido ni de la caja y ya no tienen pilas.