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REAL SOCIEDAD

Las claves del batacazo histórico de la Real frente un Segunda B

Bajada de tensión, relajación, bajo nivel, pésima actitud... son algunas de las razones del ridículo injustificable del equipo realista contra el Lleida

Actualizado a
Jugadores de la Real y del Lleida durante el duelo de Copa del rey en Anoeta.
amaia zabaloDIARIO AS

La Real Sociedad volvió a escribir otra página negra en su ya oscura relación con la Copa Del Rey en su época reciente. Algo que parecía olvidado, sus dolorosas eliminaciones contra equipos de Segunda B que se convirtieron en constante hace uno años, volvió con toda su fuerza contra el Lleida. Los viejos fantasmas sobrevolaron Anoeta y se lió una gorda, de las más gordas que ha liado la Real en la Copa. Y son varias. Y algunas muy tristemente recordadas. A los Numancia, Beasain, Oviedo... se une ahora el Lleida.

Pero, ¿qué ocurrió para semejante descalabro cuando al descanso los txuri-urdin ganaban 2-0 (3-0 en el global de la eliminatoria) y nada hacía presagiar todo lo que vino después. Porque la Real había sido superior a un Lleida que apenas había pisado el área de Toño Ramírez. Es una pregunta que todavía hoy, cuando no han pasado ni 24 horas de ese doloroso episodio, se hacen los aficionados realistas. Y no consiguen encontrar una respuesta que justifique una petardazo tan infame como el del miércoles.

Porque la evidente relajación con la que salieron los realistas al terreno de juego en la Segunda parte es una evidencia. Pero no justifica nada. Aunque sí explica lo que ocurrió. Fue la chispa, el inicio de la debacle. Los jugadores de la Real salieron de vestuarios con la sensación de que ya habían ganado la eliminatoria, que con la ley del mínimo esfuerzo, con aguantar, les iba a servir para aguantar su ventaja y pasar a octavos de final. Y eso no se puede permitir. La falta de tensión tan evidente en todos los jugadores, la relajación y una actitud lejos de la que debe tener cualquier jugador que se ponga la camiseta de la Real explican el ridículo de segunda parte.

Los donostiarras apenas pasaban del centro de campo, apenas daban tres pases seguidos, apenas robaban balones, y dejaban llegar con demasiada facilidad al Lleida a la portería de Toño Tamirez. El equipo ilerdense se dio cuenta y fue a muerte, cada vez más consciente de que a la Real le faltaba la concentración y tensión necesaria para afrontar una eliminatoria de Copa. Así llegó el 2-1. Con una pérdida tonta en línea de tres cuartos. Y el 2-2, tras un error defensivo dramático. La Real no estaba, y solo así se podía explicar lo que estaba pasando, no justificarse.

Luego vienen los errores defensivos. Si ya a la Real, cuando tiene la tensión afelpada, les cuesta que el rival no tenga alguna ocasión clara; imagínense cuando afronta el partido con relajación. Y así se convirtió en un coladero que acabó desmoronándose con tres balones al área del Lleida, que eran perfectamente defendibles. Y cuando te falta la concentración adecuada, llega el bajón de nivel de jugadores que son de Primera. Porque aunque hubiera rotaciones, quizá Demasiadas con nueve jugadores nuevos en el once con respecto a la Liga, el once de Eusebio era más que válido para superar sin apuros al Lleida. Vela, Juanmi, Xabi Prieto, Carlos Martínez, Ruben Pardo, Llórente... son futbolistas contrastados.

Pero todos estuvieron muy por debajo del nivel exigido y necesario por el partido. Fueron una caricatura de lo que realmente son. Alguno, incluso, puede haber creado su tumba y puede perder su sitio en las rotaciones de Eusebio, que se señaló claramente a un jugador como Pardo al cambiarlo cuando empezaron los problemas graves. El problema se agrava cuando recuerdas que hasta el descanso sí estaba dando el nivel. ¿Por qué ni seguir igual? Porque bajaron los brazos. Eusebio tomó, seguro, buena cuenta de ello. O quizá es que no supo motivarles en el descanso cuando la eliminatoria parecía ganada. Y en vez de transmitir más hambre, habló de aguantar. Puede se otro argumento. No hay excusas, pero si razones, aunque son tan difíciles de explicar como de entender. Porque lo de la Real con la Copa contra el Lleida no tiene explicación.