Carrasco afinó la puntería en el laboratorio del Mono Burgos
El segundo entrenador dispuso una serie de ejercicios en el entrenamiento para el belga, que no marca desde el 23 de septiembre, ante el Sevilla. Será titular contra el Elche.
Se escuchó un silbido y la plantilla del Atlético comenzó a estirar. Todos menos alguien, Carrasco, que continuó ante la portería izquierda del campo 4 del Cerro del Espino. Él y seis jugadores de la cantera: el laboratorio del Mono Burgos estaba dispuesto para el belga. Germán, en el centro, dirigía sus pies con sus órdenes mientras los otros tres entrenadores del Atlético (Simeone, Vizcaíno y Tiago observaban al final de la línea de cal, manos en el mentón, a lo El Pensador de Rodin).
La clase tenía una sola asignatura: mejorar el disparo a puerta de Carrasco. Su último gol fue ante el Sevilla, 23 de septiembre, hace más de dos meses. Así que el Mono Burgos trató de que lo ensayara de varias maneras, partiendo siempre desde la banda, primero izquierda, después derecha, de espaldas para enviarla al palo más lejano, sin pensar, en cuanto viera un hueco entre los tres defensas de la cantera que se los taponaban todos.
Logró varios goles. El último fue el más celebrado. Carrasco corrió, regateó lo justo y disparó, mientras el balón se encajaba en una portería y después se iba a la pequeña, Simeone y Tiago dirigían ya sus pasos al vestuario, satisfechos, como Germán. Su laboratorio suele ser infalible.