Pau es el mejor... y mucho más
Pau Gasol es uno de los rostros de la mejor época del deporte español: por todo lo que ha ganado pero sobre todo por cómo lo ha ganado. La era de los éxitos y del final de las excusas. También en baloncesto. España dejó de ser una selección que acumulaba méritos para ganar a otras aparentemente mejores y se convirtió en el ogro, el mejor equipo a este lado de Estados Unidos. El terror de Europa, la gesta para los otros. Lo que habían sido la Unión Soviética y la antigua Yugoslavia de los viejos tiempos. A partir de Pau y los suyos, fueron los demás (griegos, serbios, franceses, lituanos…) los que tuvieron que preguntarse cómo demonios iban a meter mano a una Selección que ya es historia del baloncesto FIBA.
Pau fue también un precursor, uno de los primeros de ese nuevo baloncesto de los siete pies (jugadores de más de 2,10) que pasan como bases, tiran como aleros y percuten como pívots. Con Gasol cumplimos todos nuestros sueños americanos, el puente entre la NBA lejanísima de Fernando Martín y la que acumuló hasta diez jugadores españoles la pasada temporada. De novato del año a all star y de ahí a campeón como actor principal y con la legendaria camiseta de los Lakers. Sin duda, el mejor jugador de baloncesto español de todos los tiempos. Y, en realidad, mucho más que eso: un gigante entre hombres.