Francia ya manda en la final gracias a Gasquet y Herbert

Yannick Noah se la jugó. Y Yannick Noah acertó. Decidió cambiar su pareja de dobles, Mahut-Herbert, que juntos han sido campeones del Open USA y de Wimbledon, dejando fuera al primero para dar entrada a Gasquet. Y la apuesta por el de Béziers no ha podido salirle mejor.

Hoy, en su primer partido juntos, demostraron una compenetración inusual en una pareja que aún no ha tenido tiempo de trabajar bien los automatismos. Gasquet sirvió como los ángeles y Herbert se adueñó de la red. Así ventilaron el primer set en media hora con un 6-1 que hacía presagiar una bacalada belga. Pero no fue así. Bemelmans y De Loore, flamenco y valón, se levantaron para adjudicarse la segunda manga con un break en el sexto tras otro fallido en el cuarto porque los franceses lo devolvieron en el quinto. 

Entonces el partido adquirió tintes épicos, de esos que encuentran terreno propicio en la Davis, una competición que exacerba el sentimiento colectivo en un deporte pensado individualmente. En el descanso se entonó la Marsellesa a capela y Noah encendió a la grada durante todo el tercer set, el más igualado, en el que apenas hubo ocasiones de ruptura. Una para cada pareja respectivamente aprovechada. Así se llegó al tie-break, en el que emergió como un gigante Richard Gasquet, con ese revés a una mano suyo que es casi poesía y una entereza en el saque ante la que no pudieron hacer nada los belgas. Por ahí se les fue la moral y el partido.

Demostraron tener raza aún así y no se entregaron hasta el séptimo juego en el cuarto y definitivo set. Herbert consolidó la ruptura y dos juegos después Francia lideraba por primera vez la final de la Davis. El domingo Tsonga y Goffin dirimirán si la ensaladera se queda en Francia o hay quinto partido.