Un rookie en el quinteto y meneo de los Warriors a los Bulls: ¡+49!
Jordan Bell, número 38 del draft, ocupó el puesto de Green y puso 6 tapones. Casspi también fue titular. Curry, espectacular. La tercera peor derrota en la historia de Chicago.
El 24 de noviembre de 1992 los Bulls ganaron (92-101) a los Warriors en el Oracle con 49 puntos (amén de 5 rebotes y 7 asistencias) de Michael Jordan. Justo 25 años después, ambos equipos volvieron a verse las caras esta última madrugada sobre el mismo escenario... con giro de 180º en el guion. Golden State pasó por encima de Chicago, que se llevó la tercera peor paliza de su historia (143-94). Exacto, 49 puntos de diferencia. Los campeones se repusieron a la dura derrota en OKC en la víspera del Día de Acción de Gracias con un torrente ofensivo que les permite igualar la mejor marca anotadora en lo que llevamos de temporada (los Nuggets también metieron 146 puntos a los Pelicans) y establecer su segunda mejor anotación tanto en temporada regular como en playoffs desde que Steve Kerr está en el banquillo (2014-15). El récord lo lograron un año y un día antes al endosarles 149 tantos a los Lakers.
Un recital ofensivo que llegó sin dos de sus cuatro all stars. Draymond Green descansó y Kevin Durant se perdió su segundo encuentro de los tres últimos por culpa de un esguince en el tobillo izquierdo. No se les echó en falta. El rookie Jordan Bell y el israelí Omri Casspi les reemplazaron en el quinteto. Chicago, con un inspirado Denzel Valentine y con un par de triples de Lauri Markkanen (14+6 para el novato), aguantó el tirón y cerró el primer cuarto mandando (29-32). Un espejismo.
Stephen Curry dijo basta y con un show de los suyos en el segundo cuarto (26 de sus 33 puntos llegaron en dicho periodo, la sexta vez en su carrera que llega a los 25 en un cuarto: nadie tiene más en los últimos 20 años) lideró un 45-21 de parcial que mató el partido al descanso (74-53). Tras la reanudación, su hermano Klay Thompson no quiso ser menos y firmó otros 15 puntos y tres triples (para un total de 29) para sellar el 36-13 del tercer cuarto. La paliza era ya de dimensiones épicas, pero Nick Young (17+6) no tuvo piedad de unos Bulls que acumulan cuatro derrotas consecutivas y lucen un 3-14 de balance.