El Madrid pierde la cabeza
Casemiro, con dos cabezazos, es el único jugador de la plantilla que ha explotado esta temporada una suerte que en la anterior dio muchas alegrías.
Cuesta entender qué le está pasando por arriba al Real Madrid, un equipo acostumbrado la temporada anterior, sobre todo en los momentos de mayores urgencias, a los tantos rudimentarios: bastaba con que un jugador levantara hacia el área un objeto de apariencia esférica para que aparecieran tres o cuatro compañeros en clara posición de remate, lanzándose con éxito al gol con la rapidez y el instinto con los que los patos se llevan el pan al pico según toca el agua del estanque.
Ahora la cosa ha cambiado, y no precisamente porque falten centros, recurso del que los de Zidane están abusando este curso. En plena crisis identitaria, el Madrid se mira en el espejo y, pese a ser el mismo, no se reconoce en el reflejo: no sólo no hay rastro de su famosa pegada, de fiabilidad defensiva ni de flor, sino que, cuando más echa de menos todo ello, tampoco consigue agarrarse a los balones aéreos, tan socorridos la pasada temporada.
Nueve goles menos de cabeza que la temporada pasada
Varios son los motivos. El primero es tan simple como que para volar se necesitan alas y los blancos perdieron durante demasiadas jornadas las suyas, primero Marcelo y luego Carvajal. Las lesiones de sus laterales titulares, 14 y 12 pases de gol respectivamente el año pasado, inhabilitaron las dos vías más imprevisibles de su ataque, las estampidas a lo Jumanji que ni Theo ni, sobre todo, Achraf consiguieron imitar tras sus mudanzas provisionales a la titularidad. El segundo reside en Kroos, que acumula tres asistencias y parece haber perdido algo de la precisión quirúrgica que le llevó a ser el máximo asistente (17) de la plantilla en la 16-17.
Otros factores a tener en cuenta, como la cesión de James, que se ha llevado 13 asistencias, o como las exhibiciones de Neto, Adán o Roberto, han ido formando un cúmulo de hándicaps por el que cada vez es más frecuente que los partidos del Madrid acaben convertidos en partos. En esos trances se ha echado en falta algo de cabeza: desde agosto, sólo Casemiro, que ha marcado cabeceando contra Las Palmas y Málaga, se mantiene en la línea colectiva del año pasado por arriba. Se entiende lo discreto de esta estadística comparándola con la misma a estas alturas de la 16-17, cuando los tantos de cabeza eran 11: tres de Ramos, dos de Bale y el resto de Morata, Pepe, Asensio, Varane, Mariano y Benzema, uno cada uno.