Son todo sonrisas en New York: los Knicks baten a unos Raptors en racha con un 28-0 increíble
Los Raptors dominaron la primera parte, pero un tercer cuarto mágico de los Knicks (41-10) le dio la vuelta al partido.
Por sexta vez en lo que va de temporada, los Knicks remontaron un partido que perdían por dobles dígitos. ¿Cuánto hacía que no disfrutaba tanto el Madison Square Garden?
Son todo sonrisas en Nueva York. Sonrisas que se han ganado a pulso los pupilos de Hornacek, que ayer remontaron ante unos Raptors en racha (cuatro victorias consecutivas contra equipos en positivo, una de ellas ante los propios Knicks) para firmar su décima victoria de la temporada, novena en un Madison que grita, salta y vibra en cada partido y que se ha convertido en un fortín: 9-3 en 12 partidos.
Los Raptors (11-6 ahora) fueron superiores en una primera mitad cortada por el mismo patrón que el último enfrentamiento entre estos dos equipos. Por cierto, alguna que otra barbaridad de DeRozan, que combinó un par de triples con entradas preciosas y un alley oop escandaloso antes de desaparecer en la segunda parte. Todo cambió en el tercero.
"En el descanso teníamos mucho que decirnos los unos a los otros. Hablamos de lo que teníamos que hacer mejor y en la segunda parte salimos como un equipo diferente", dijo Kristaps Porzingis (ESPN). Exactamente lo que pasó.
Tim Hardaway Jr, que había mantenido a los Knicks en el partido en la primera mitad (buenos minutos de Ntilikina, que parece recuperado completamente de lo que fuera que tuviera), encontró ayuda en cada esquina. Courtney Lee, Kanter, McDermott... Los Knicks cerraron filas en defensa y cambiaron por completo el partido con un 28-0 mágico en el que Hardaway anotó 12 de sus 38 totales (mejor marca de su carrera).
41-10 en los 12 minutos del tercer cuarto. Solo quedaba contener la embestida final de los Raptors: 12-0 de parcial y partido nuevo, pero entonces apareció Porzingis (22+12+3), la gran estrella al rescate, para anotar cinco puntos consecutivos que tranquilizaron a la parroquia local. Como no podía ser de otra manera, un triple de Hardaway cerró el partido (su partido). Cerró la remontado y el décimo triunfo de unos Knicks (10-7) que dejan atrás un pequeño primer valle en su juego que les había perseguido los últimos tres partidos (aunque ganaran dos...). Pocas cosas con más sabor a baloncesto que una noche mágica en el Madison.