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Ojalá Alonso no corra en Le Mans

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Me encantaría ver a Fernando Alonso, al igual que a cualquier otro piloto español (¡cómo disfruté con el triunfo de Marc Gené!), ganando las 24 Horas de Le Mans. Pero preferiría que no fuera en 2018. Si se concreta, como parece que ocurrirá, la participación del asturiano en la legendaria prueba de resistencia el próximo año probablemente querrá decir que las cosas siguen sin irle demasiado bien en la Fórmula 1. Por el contrario, si el McLaren con motor Renault se revela como la herramienta adecuada para aspirar a ganar carreras y luchar por el título, debería estar centrado en este objetivo prioritario sin disipar esfuerzos en otros proyectos, interesantes y atractivos… pero que bien pueden esperar. Entiendo que busque alicientes fuera de los grandes premios cuando allí no los encuentra, al igual que pienso que si el escenario cambia también deberían hacerlo sus prioridades.

Alonso tiene todo el tiempo del mundo para intentar ese desafío de la ‘Triple Corona’ que se ha planteado, por el contrario quizá el margen no sea tanto para volver a ser campeón de F1. Si su monoplaza es competitivo la temporada que viene, la exigencia de pelear con quienes serán sus rivales resultará máxima, bajo mi punto de vista demasiada para dedicarle trabajo y esfuerzo a otro reto diferente. No es una cuestión sólo de fechas, organización o disponibilidad. Fijar en foco en lo realmente importante, evitar cualquier distracción y no asumir más riesgos de los imprescindibles se me antoja esencial cuando lo que hay en juego merece tanto la pena… Si al ovetense le quedan horas y ganas para pensar en otras cuestiones, mal asunto diría. Firmaría esperar a verle competir en Le Mans a cambio de que la presión en McLaren fuera tanta ya en 2018 que le exija toda su energía. La decisión es, desde luego, exclusivamente suya aunque ya digo que espero que tenga razones para pensarse con tranquilidad dónde se mete.