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MOTOCICLISMO

Mir: "Me siento más identificado con Rossi que con Márquez"

El campeón del mundo pasea su título de Moto3 por AS con la simpatía que le caracteriza y se le ve con más ganas de hablar de futuro que de pasado.

MadridActualizado a
Mir: "Me siento más identificado con Rossi que con Márquez"

Almuerzo en Las estaciones de Juan y visita a la Redacción de AS. Así ha transcurrido buena parte del día en Madrid de Joan Mir, el flamante campeón del mundo que pasea su título de Moto3 con la simpatía que le caracteriza. Para los que ya le conocemos, no es novedad verle desenvolverse de manera tan amigable entre los periodistas. Y para los que lo han hecho ahora, confirma las sensaciones que tenían de él sin conocerle, porque este mallorquín de 20 años sigue siendo igual de majo que antes de ser campeón.

Le gusta hablar de las cosas propias de un chaval de su edad y contar anécdotas de su familia y su querida Mallorca, como cuando se le quemó el scooter con el que iba al colegio, pero de lo que sobre todo conversa es de motos, y más de futuro que de pasado. Así, no tiene problemas en reconocer que le gustaría “estar el menor tiempo posible en Moto2”, porque ambiciona llegar pronto a MotoGP y, aunque reconoce que querría “ganar el título en las tres categorías”, tiene claro cuál es su destino final. De hecho, no rehúye preguntas de la clase reina y al decirle que recuerda a Márquez en algunas cosas, deja claro que él se identifica más con Rossi.

“Puede ser que en alguna cosa quepan las comparaciones con Márquez. En la agresividad, en que me adapto muy rápido a las situaciones, a la pista, a las condiciones, pero yo no me defino como Márquez, si soy sincero. Esto de ir siempre con el gancho puesto, y al límite, es algo que él sabe hacer y es el único que lo sabe hacer. Esto de hacer vueltas tan a lo bestia y todas las poles que ha conseguido… como piloto no me siento tan identificado con él. Me siento un poquito más con Valentino, que nunca ha sido un piloto de poles, aunque tenga muchísimas, sino más de carrera, y yo creo que soy más así”, asegura el nuevo piloto del Estrella Galicia Marc VDS de la clase intermedia.

Al preguntarle de qué le apetece que le pregunten más, si del título de Moto3 o del desafío de Moto2, se le ilumina la cara con una sonrisa y dice que “de la Moto2”. Y se arranca sobre ello, tras cuatro días de test en los que se le ha visto ya rodar a menos de un segundo de la cabeza: “Sólo puedo decir cosas buenas de los cuatro días que he pasado con la Moto2. Creo que me he adaptado bien a la moto y al equipo, y esto es positivo, porque hemos creado una buena atmósfera con el equipo. Se respira un buen aire, cuando normalmente cuesta un poco, porque tengo un equipo en el que es todo nuevo. En cuanto a la moto, la primera vez que me subí a ella, parecía que ya la había llevado antes. No se me hizo raro”. Esa familiaridad tiene una explicación: “Yo había rodado ya con CBR 600 y no es muy diferente la Moto2 (Kalex en su caso) a la CBR. Pesan prácticamente lo mismo y la manera de llevarla es muy diferente a la Moto3, pero muy parecidas entre ellas. Me ha costado un poco al inicio el encontrar la manera de ir rápido. He llegado pronto a un tiempo, pero bajarlo es lo que costaba. Fui llegando y nos fuimos de los test con sensaciones buenas y bastante cerquita”.

Hay pilotos que han triunfado en Moto2 nada más llegar de Moto3, como Maverick Viñales, y otros que han sufrido mucho para ir rápido, como Pol Espargaró, que a la postre fue campeón. Para Mir, la mayor diferencia entre una y otra está en que “si intentas hacer mucho paso por curva, como con la Moto3, no vas rápido. Hay que buscar mucho la aceleración. La Moto3 no se podía parar demasiado y ahora hay que adaptarse”.

Viendo cómo se las ha gastado en Moto3, algunos tenemos la teoría de que Mir peleará por el título a las primeras de cambio en Moto2. Él no se esconde cuando se le pregunta. “No lo sé, pero espero que sí”, afirma con una sonrisa, y añade: “Lo único que puedo decir es que las sensaciones son buenas, mejores de lo que me esperaba, por muchas cosas. El ritmo que hemos conseguido en cuatro días es bastante bueno para ser la primera vez en una Moto2 y creo que el equipo está impresionado”. La cuestión es saber cuánto tiempo estará en Moto2, porque tiene trazas de piloto de MotoGP y pudiera ser que 2018 fuera de paso para verle en 2019 en la clase reina. Se ruboriza, al oírlo, pero no niega esa evidencia y responde con otra sonrisa: “No sé lo que voy a estar en esta categoría. Espero que poco. Mi objetivo no es quedarme en Moto2. Mi objetivo es llegar a MotoGP y estar allí cuantos más años pueda mejor”. El ejemplo a seguir en ese sentido es Maverick, que sólo estuvo un año antes de fichar por Suzuki. Lo sabe: “Lo de Maverick está al alcance de muy pocos, pero sí que sería una buena manera de hacer este año. Lo que hizo Maverick fue complicado, poca gente lo ha hecho, y yo me daría por satisfecho de hacer algo igual”.

La ventaja que tiene Mir para mirar hacia MotoGP con tanto descaro es que, haga lo que haga en Moto2, llegará a la parrilla con la que todos sueñan como mínimo con un Mundial, lo que no quita que “el sueño de todos los pilotos es ser campeón de las tres categorías. Me gustaría llegar a ser campeón en Moto2 pero, si no puede ser, no es el objetivo. El objetivo es MotoGP”. Puestos a hablar de ello, le preguntamos por la imagen del año, la salvada de Márquez en Valencia. Y dice: “Márquez siempre sorprende con estos movimientos que nadie se espera. Con lo fácil que podía haber conseguido el título en Valencia, estando detrás de Dovi y viéndolas venir, pero hizo de las suyas. Fue una victoria al estilo Márquez”. Él también sabe hacer salvadas increíbles. Se le vio en la celebración de Mallorca rozar en el asfalto incluso con el codo. “Está el casco rayado como prueba”, cuenta orgulloso y divertido, y se explica: “Siempre he tenido mucha facilidad para las derrapadas, porque me salen de manera natural”.

Se acaba la visita del campeón, pero no sin antes recordar ese titulazo de Moto3 fraguado con 10 victorias en 18 carreras y récord de puntos. Mir lo recordará por siempre como “un año en el que te sale todo bien. Diez victorias es algo brutal. Ha sido la temporada perfecta. Es imposible ganar todas las carreras y, en las que no me ha ido bien, no me he venido abajo sino que he cogido con más fuerza las siguientes”. También se recordará por la bandera de España que paseó en la vuelta de honor de Australia, ya como campeón, porque tuvo anécdota: “Era un poco larga y lo que sucedió es que se quedó enganchada en la rueda trasera. La moto se tragó la bandera y había que devolver la bandera. Hubo movida con la organización, porque si hubiera habido triplete en las otras categorías nos hubiéramos echado unas risas…”. Y es que su bandera era de las de la ceremonia del podio, y sólo había tres en Phillip Island. No hubo triplete ese día, pero si un enorme campeón del mundo de Moto3 que seguirá haciendo historia en las categorías superiores. Apuesten por ello.