Broncos echan a su coordinador ofensivo Mike McCoy
Inmersos en una pésima racha de seis derrotas consecutivas, Denver ha dado un giro de timón y recurren a Bill Musgrave.
El irregular comportamiento de los equipos de la AFC Oeste durante el transcurso del 2017 habría supuesto una ventana de oportunidad, un momento para la esperanza para cualquiera de los equipos, desde aquellos que partían con cierta desventaja en el inicio de la temporada hasta los que se podrían haber beneficiado de esa inconsistencia para aumentar sus opciones de playoffs.
Ya sea en un caso o en otro, los Denver Broncos buscarán las respuestas a todas sus dudas en otro lugar por un ataque no ha estado a la altura de las circunstancias.
La franquicia de las Rocosas ha decidido que ya es suficiente y que Mike McCoy es el origen de todos sus males en ataque, despidiendo a su coordinador ofensivo pocas horas después de su sexta derrota consecutiva que les ha situado al borde del abismo o cayendo literalmente por el mismo.
Un nuevo responsable
Para corregir las deficiencias de la parcela ofensiva del equipo, con un sonrojante panorama detrás del center como Brock Oswailer como último exponente y no solución definitiva tras los casos de Trevor Siemian y en menor medida de Paxton Lynch, los Broncos han decidido que el entrenador de quarterbacks Bill Musgrave sea el que ocupe el puesto con efecto inmediato.
De hecho, Musgrave ostentó este mismo cargo con los Oakland Raiders durante los últimos dos años antes de llevar al plantel de quarterbacks en Denver y en la habitual caída de fichas, será ahora Klint Kubiak, hijo del anterior entrenador Gary Kubiak, el que ascienda al puesto anterior de Musgrave.
Un balance decepcionante
Decir que el estreno en la banca de Vance Joseph no está siguiendo el guión preestablecido es una obviedad y es que el equipo está haciendo aguas a todos los niveles, incluso por parte de una defensa que ha concedido la mayor cantidad de puntos en la AFC exceptuando a Cleveland Browns y Houston Texans mientras escribimos estas líneas.
El resumen del ataque está siendo catastrófico, con una inoperancia llamativa a la hora de encontrar la end zone o anotar a efectos prácticos. Si uno mira el total de yardas por partido no es muy deprimente, ocupando el puesto número 18 en toda la NFL con 329.8 yardas por encuentro, pero su eficiencia (24º en la competición) a la hora de puntuar sí que lo es con 18.3 por partido y todavía peor a la hora de conseguir el ansiado touchdown, ocupando el puesto número 30 de los 32 que juegan cada fin de semana.
Los Broncos únicamente han anotado 19 touchdowns en todo el año y dos de los mismos llegaron gracias a la defensa, quedando empatados con los Cleveland Browns como los segundos peores en la temporada.
Dos equipos 'hermanados'
Los paralelismos con los de Ohio no acaban ahí, puesto que ese récord de 3-7 no tendría que suponer que todas sus opciones están enterradas para entrar en los playoffs, más si cabe el catastrófico balance en las últimas plazas que darían acceso a jugar en la postemporada, pero si lo miramos desde el punto de vista que los Browns son los únicos que tienen peor récord que ellos en toda la AFC, el panorama es… desolador.
Los equipos no suelen hacer esta clase de cambios de este calibre a estas alturas de la campaña regular, pero tiempos desesperados exigen medidas desesperadas y a eso se aferran los Broncos, confiando en que Bill Musgrave sea capaz de aclarar un poco el panorama para la ofensiva.
Eso o que verles moviendo el balón no sea una tortura para sus seguidores.