Suecia 1958, la última vez que Italia no asistió a un Mundial
La última vez que 'La Azzurra' no disputó una Copa del Mundo fue cuando su rival de hoy acogió el torneo. En aquel equipo jugaban Schiaffino y Ghiggia, héroes uruguayos del 'Maracanazo'.
"Todo o nada". "Pasamos". Italia contiene el aliento mientras se asoma al abismo. Cuatro campeonatos del mundo, uno de Eurocopa, una profunda y apasionada tradición futbolera que ha delineado los cimientos socio-culturales de un país que mira a sus mitos con idolatría y rememora sus hazañas con nostalgia. Le han llamado 'calcio' (incluso se han tomado la licencia de modificar el nombre del juego y volverlo propio al igualarlo con su primitivo y vehemente fútbol de carnaval). Italia es 'calcio', y el 'calcio' es jolgorio, es pintura, cultura popular, es un país conmovido, es veneración, es 'catenaccio', el arte de la defensa, la astucia, el momento indicado; el arrebato, como una película de Fellini. ¿Un Mundial sin Italia? El apocalipsis, vaticina la Gazzetta Dello Sport.
El destino en el fútbol es cruel. La última Copa del Mundo sin 'La Azzurra' fue, precisamente, la de Suecia (1958). Suecia, el rival que podría arrebatarle el boleto de Rusia 2018, 60 años después. Suecia, otra vez. Entonces, jugaban Pelé, Garrincha, Fontaine, Vavá, Rahn; Nabokov publicaba Lolita, EEUU probaba sus bombas termonucleares de nueva generación en el Atolón Enewetak, infestado de radiación aún hoy en día; Nikita Kruschev tomaba las riendas de la Unión Soviética y en Roma, Juan XXIII se convertía en el Papa 261.
La Italia de Alfredo Foni, bicampeón de la Serie A con el Inter entre 1952 y 1954, no pudo superar el grupo 8 de la clasificatoria europea. El sorteo lo emparejó con Irlanda del Norte y Portugal. El primer encuentro, frente a los británicos, terminó 1-0 a favor de 'La Azzurra', con tanto de Cervato. Después, la hecatombe. La primera edición del 'apocalipsis'. 3-0 les endosó Portugal en Lisboa. Siete meses después, dos días antes de Navidad, Italia devolvió el golpe en San Siro, pero el 15 de enero de 1958, en Belfast, sonó Puccini. McIlroy y Cush hicieron inútil el tanto de Da Costa. 2-1 para Irlanda del Norte, quien fue el único equipo del sector que accedió al Mundial. "El desastre de Belfast", lo llamó la Gazzetta. La bicampeona en 1934 y 1938, la de Giuseppe Meazza y Vittorio Pozzo, pasó al olvido del orbe por unos meses. Fue la única ocasión en la que Italia falló en su camino a una Copa del Mundo vía eliminatorias.
Ni el reclutamiento de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia, los autores de los goles uruguayos en el mítico 'Maracanazo', campeones del mundo en 1950, evitaron la debacle. Otro ídolo, como Giampiero Boniperti, figura histórica de la Juventus, también debió purgar penas. De hecho, la inclusión de los dos héroes charrúas dificultó la confección del equipo. El testimonio fue de Ottorino Barassi, presidente de la Federación Italiana, quien descargó sus dardos contra Foni por la gestión del grupo: "muchas cosas no me eran agradables. Había favoritismos (denunciaba que Fiorentina y Milan ponían trabas para prestar a sus jugadores)", declaró en un reportaje elaborado por Storie Di Calcio.
Desde entonces, Italia ha recolectado oro y mitos. Campeones en España '82 y Alemania 2006. Finalistas en México '70 y Estados Unidos '94. Y llegó el Inter de Helenio Herrera. Y aparecieron Gigi Riva, Gianni Rivera, Paolo Rossi, Roberto Baggio, Alessandro del Piero. Y fue turno del Milan de Sacchi. Y surgieron Paolo Maldini, Fabio Cannavaro, Gianluigi Buffon. Franco Baresi. El fútbol italiano se refundó aquel 15 de enero de 1958, camino a Suecia. Y hoy es Suecia la que se cruza en el camino.