Personal de Mercedes y otros equipos asaltados en Interlagos

Se hacía de noche en Sao Paulo cuando comenzó a llover, quizá fue eso lo que me salvó cuando venían acercándose dos tipos con mal aspecto a la salida de un pequeño bar en las favelas que rodean el circuito de Interlagos. La lluvia empezó a caer sin intervalos, goterones inmensos en un instante, y el par de elementos se echaron hacia atrás, de nuevo al garito, aunque uno de ellos no pudo evitar poner cara de malo y apuntarme haciendo con la mano una pistola imaginaria. Sonreímos los dos. Quizá fueran los nervios. O que uno ya no le tiene miedo a casi nada, vete tu a saber. O que estaban lejos... El caso es que seguí camino, casi dos horas en un trayecto de veinte minutos hasta mi hotel sin mayores incidentes más allá del terrible atasco de cada día. La entrada y salida a Interlagos se hace por una carretera de varios carriles, pero a a vez muy estrecha, con permanentes atascos a la salida de la Marginal Tieté, una especie de M30 de Sao Paulo, por allí siempre hay a la entrada gente que intenta llevarte a aparcar el coche a garajes particulares de la zona y a la salida vendedores que tienen desde flores a acesorios para el IPhone. Tremendo. Pero también hay ladrones. Y este año menos Policia. Si hace un par de años había retenes de policia a cada paso, ahora son más difíciles de ver. Quizá a partir de hoy haya más presencia porque otros tuvieron menos suerte que yo...

"¡La F1 y los equipos necesitan hacer más, no hay excusa!”, decía Lewis Hamilton, el campeón en su twitter personal. Y es que un minubus de su equipo fue asaltado a punta de pistola a la salida del trazado, sin daños personales, pero con numerosas perdidas materiales, explicaba un portavoz de Mercedes. Pero no fueron los únicos, también les tocó a gente de Williams, Force India y la FIA, aunque estos últimos finalmente pudieron escaparse de la escena donde ocurrió todo. 

Los de Mercedes sufrieron la peor parte, les pararon tres coches y le pusieron la pistola en la sien para llevarse todo lo que tenían.

La gente que todavía se encontraba en el circuito se negaba a salir  porque temían por su seguridad al conocer lo que le había pasado a otros compañeros del paddock. Los jefes de equipo se vieron obligados a reclamar mayor seguridad a los organizadores del gran premio para garantizar que su personal pudiera volver sin percances a sus alojamientos. Así lo hicieron, escoltados por la policía hasta el límite de la favela que está pegada al trazado.

No es la primera vez que algo así sucede. La delincuencia es un mal endémico de Brasil y su cita en la F1 también la sufre a menudo. Por ejemplo, hace dos años el equipo de 'TV3' pasó por lo mismo y en 2010 se vivió una de las peores oleadas con tres atracos a equipos, amenazas en las que se vio involucrado Jenson Button, al que también apuntaron con un arma. "No tengo miedo de volver", dijo al año siguiente. Pero la seguridad sigue sin estar garantizada seis años después.

Ahora Mercedes pondrá seguridad a su equipo y los miembros de la FIA también tendrán escolta para llegar a sus hoteles y les han cambiado de vehículos. Esperemos que siga lloviendo...