¡Qué gran noche la de aquel día!

Alfredo Relaño nos citó en el restaurante Ñeru, la ‘patria chica’ de Sarmiento Birba, el primer redactor jefe que marcó toda una época en este periódico que el próximo 6 de diciembre cumplirá cincuenta años. En una sala presidida por una gran fotografía de Sarmiento Birba y su puro a lo Churchill, como si nos vigilara, nos juntamos para contarnos batallitas de otros tiempos y de otro periodismo los pioneros de una aventura que aún dura más engrandecida si cabe. De los que tenemos el privilegio de haber firmado en el número uno, que se vendía a tres pesetas, estábamos varios (Luis Arnáiz, Antonio Alcoba, Javier Gálvez, Ramón Sánchez, yo mismo...) y luego los que se fueron incorporando a una redacción que iría creciendo en cantidad y calidad con fichajes estrella como Julio César Iglesias y el propio Relaño. Imposible citarlos a todos: éramos unos cuarenta.

Fue una gran noche, plagada de anécdotas. Una noche de compañerismo en la que nuestra mente, mirando la fotografía del gran Sarmiento Birba, se iba a otra noche, más inolvidable si cabe para los que, como yo, el As ha sido el eje de nuestras vidas: la noche en que arrancó por primera vez la rotativa de Rivadeneyra para alumbrar, no un ratón como se pretendía, un periódico solo para Madrid, sino la montaña universal que es hoy As, tanto en papel como en su versión digital, con ediciones incluso en árabe. Y eso no podíamos ni siquiera imaginarlo hace cincuenta años, aunque pusimos la simiente y nos sentimos orgullosos de ello.

Y no quiero terminar sin un recuerdo muy especial para el ideólogo de aquél periódico, Rafael Rienzi, al que le debo todas las facilidades que me dio para recorrer los cinco continentes entrevistando a todo el que se movía.