St-Pierre agranda su leyenda: somete a Bisping en su retorno
St-Pierre se convirtió en el nuevo campeón del peso medio en el UFC 217 al derrotar a Bisping por sumisión en el tercer asalto. T.J. Dillashaw y Rose Namajunas, nuevos campeones.
Con la cara cubierta en sangre y con todo en contra. Así los grandes campeones forjan sus leyendas. Georges St-Pierre ya lo era, pero en el UFC 217 lo ratificó al destronar de manera clara a Michael Bisping como campeón del peso medio. El canadiense dio una clase de como saber resistir y encontrar su momento. Y ahí, con el viento de cara, la calidad que siempre ha tenido volvió a relucir. Victoria contudente, por sumisión en el tercer asalto, y dudas despejadas. St-Pierre puede volver a marcar época, sólo él decidirá donde está su techo. Tras cuatro años regresó pletórico.
El aspirante estuvo mejor en el primer asalto, aunque ni él ni Bisping buscaron arriesgar demasiado. En el segundo round, Bisping fue creciendo poco a poco y conectó las manos más duras. Una derecha estalló a la perfección en el rostro de St-Pierre, el canadiense aguantó. La subida de peso no fue en su contra. Todo parecía favorable al campeón. Bisping había trabajado muy bien la pelea en el suelo y supo repeler los ataques de la leyenda. Su fuerte no lo era en el Madison Square Garden y lo descubrió en el tercer asalto en el que se fue con todo y acabó con un corte en la nariz y la cara ensangrentada.
Decidió cambiar de estratégia, no estaba cómodo. Capeó el temporal y entró en distancia, esquivó dos golpes y contragolpeó con una izquierda dura. Bisping se desplomó y St-Pierre se fue por él, pero de nuevo le repelió... o eso creía. St-Pierre le colocó para ganarle la espalda, lo hizo y con un Rear Naked Choke lo durmió. El título cambiaba de manos, tercera ocasión que ocurría en la velada. Ningún campeón pudo retener su corona. No fue noche de campeones. Sí de la leyenda, George St-Pierre.
Dillashaw se lleva el honor, el título y el invicto de Garbrandt
Cody Garbrandt y T.J. Dillashaw habían marcado su combate como una pelea personal. Los dos pasaron de amigos a enemigos y querían resolver las diferencias que tenían, por ello llegaban extra motivados a la cita. Por progresión y mejora Garbrandt era favorito, pero Dillashaw le noqueó en el segundo asalto con los dos únicos golpes de poder que conectó. Eso sí, todo pudo cambiar en el primer asalto. Sólo la bocina salvó a Dillashaw. Unos segundos variaron el combate.
Garbrandt estaba mucho más cómodo sobre el octágono. Entraba y salía de la distancia cuando quería y golpeaba con dureza. No así Dillashaw que falló muchos golpes al no saber entrar en la distancia. El campeón iba a más y en un cruce encontró una contra directa a la pera del aspirante que le tumbó, pero la bocina le salvó. Garbrandt se confió, tenía el combate en su mano. Ese exceso fue su perdición. Dillashaw falló una patada y el campeón se permitió sacar una ‘Verónica’. Le toreaba, pero se relajó y el aspirante le llegó con una tremenda patada a su rostro. No tardó Garbrandt en levantarse, pero estaba tocado. Era el primer golpe de poder que le llegaba y le había dejado muy sentido. Dillashaw encontró el camino y con un crochet de derecha hizo que el campeón cayese de espaldas a la lona. Fue con todo y Garbradt no pudo responder. Otro título con invicto que se escapaba. La confianza le mató.
Namajunas sorprendió frente a Jedrzejczyk
Rose Namajunas llegaba al UFC 217 como una invitada a la fiesta de Joanna Jedrzejczyk. La campeona se había mostrado tremendamente superior en sus cinco defensas anteriores, parecía que no tenía rival, aunque durante toda la semana se le vio un tanto nerviosa. Parecía una estrategia para marcar territorio, o no… Lo único claro es que Namajunas sorprendió y salió seria buscando la pelea en pie. Jedrzejczyk, que proviene del kickboxing, tenía en ese tipo de lucha su principal baza, pero falló.
Con sólo dos minutos de pelea, Namajunas leyó bien los fallos de la campeona y encontró una izquierda que tumbó a la polaca. La aspirante fue con todo, pero Jedrzejczyk tiró de experiencia y se zafó bien de Namajunas. Había igualado su error escapando de ella en el suelo. Pero parecía incómoda. Se demostró. Sólo un minuto más tarde, Namajunas encontró una nueva izquierda al mentón. Está vez letal. La aspirante se fue con todo. No hubo respuesta de la campeona. Perdía su título y el invicto. Namajunas se coronaba en The Garden, no era una invitada, fue la reina de la noche.