SERIE MUNDIAL | DODGERS-ASTROS

Los Astros tienen la final donde querían y con Justin Verlander

La presencia del pitcher en un sexto partido que puede ser eliminatoria es el escenario ideal para que los texanos ganen su primer título en 55 años.

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Se puede asegurar sin cometer ningún exceso que el Clásico del otoño en versión 2017 ha sido precisamente eso, un Clásico en mayúsculas. Difícilmente podremos encontrar una final en el pasatiempo nacional en el que hayamos tenido tal huracán de sensaciones enfrentadas, de situaciones imprevisibles para depararnos un espectáculo maravilloso entre los Houston Astros y Los Ángeles Dodgers.

Todo lo anterior es maravilloso y necesitaremos de un tiempo que nos ofrezca perspectiva para poder reevaluar lo que llevamos vivido en los últimos días, pero los texanos tienen la final justo en el punto en el que querían y al hombre idóneo para este tipo de situaciones como no deja de ser un potencial encuentro eliminatorio.

Ese hombre responde al nombre de Justin y se apellida Verlander.

Un pitcher para un momento

Los Astros han estado batallando en una lucha sin cuartel con los Dodgers a lo largo de los cinco encuentros anteriores de las Series Mundiales, pero para un partido eliminatorio como puede ser el de esta noche no se puede pedir mucho más a la hora de incrementar la épica propia de un sexto partido como el que se nos avecina Chavez Ravine. Bueno sí, con los Astros por debajo en la serie aunque no es el caso que tenemos entre manos.

Con un grupo totalmente exhausto y con un punto de euforia tras la sufrida victoria en casa, Justin Verlander se acerca a este encuentro con la fama ganado a base de actuaciones en octubre para cerrar la edición número 113 de las Series Mundiales y hacerlo a lo grande.

A fin de cuentas, estamos hablando de un pitcher que luce tan bien como nunca cuando se trata de partidos a vida o muerte para su equipo, sean los Astros en este preciso instante o los Detroit Tigers con anterioridad, y aunque los números no siempre nos cuentan toda la verdad, difícilmente se le puede poner un pero a lo logrado por este fabuloso lanzador.

En encuentros eliminatorios, Verlander acumula un récord de 4-1 y no ha permitido ni una sola anotación en las últimas 24 entradas como bien pueden confirmarnos los New York Yankees ante los que protagonizó su última joya a lo largo de siete entradas de cara a forzar un séptimo y definitivo partido en Series de Campeonato de cara a ser declarado MVP de aquella ronda.

Un escenario distinto

Sin embargo, pese a que su ERA en esta clase de encuentros se sitúa en una brillantísima marca de 1.21, todo lo anterior pertenece a rondas previas en playoffs y no en las Series Mundiales, donde toda la expectación y presión se ven elevadas hasta el infinito y capaz de engullir cual agujero negro a pitchers y bateadores sin diferenciar entre unos y otros.

Además, Verlander contará con un día extra de descanso entre su notable actuación del segundo partido de la final y el de esta próxima noche debido a los dos días extra por el traslado de una ciudad a otra… lo que puede venir bien o no.

Todo ello a raíz de la propia naturaleza de los jugadores y más en concreto de los que conforman la rotación, acostumbrados a una rutina invariable que les convierte en animales de costumbres para los que un retraso en su apertura no siempre trae buenos resultados.

Con el impredecible estado del bullpen texano más la imprevisibilidad propia de este deporte, los Houston Astros intentarán que Justin Verlander nos pueda ofrecer su mejor cara, una próxima a la obra maestra que ‘pintó’ contra los Yankees en sus dos actuaciones en Series de Campeonato o que saca a su Nolan Ryan o Mike Scott interior para que los del estado de la Estrella Solitaria se hagan con su primer título en 55 años y el esquivo título colectivo que le falta en su sala de trofeos particular.

Eso o vernos abocado a un trepidante séptimo partido, que no tiene parangón en el mundo del deporte.

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