Atenas despide a la llama olímpica, que ya vuela a Corea

El estadio Panatinaico, sede de los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, despidió hoy a la llama olímpica de PyeongChang 2018, que está previsto que llegue mañana a Incheon, al noroeste de Corea del Sur.

La antorcha, que llegó procedente de la Acrópolis, fue entregada al Comité Organizador de PyeongChang 2018 en la ceremonia de clausura del recorrido de la llama olímpica por Grecia.

El acto contó con la presencia del presidente de la República de Grecia, Prokopis Pavlópulos, y el presidente del Comité Organizador de PyeongChang 2018, Lee Hee-beom.

A pesar de la tensión entre el país anfitrión y Corea del Norte, Lee Hee-beom dijo que en los próximos Juegos reinarán "la paz y la armonía".

Durante la ceremonia se creó una lírica atmósfera, con canciones y danzas surcoreanas, y un equipo de jóvenes gimnastas griegos interpretó la performance "Los Lobos y la Luna".

El último portador de la antorcha en entrar al estadio Panatinaico fue el campeón de esquí Ionanis Proios.

El paso de la antorcha por Atenas obligó a cerrar las principales calles de la ciudad, lo que generó importantes atascos tanto en los aledaños del estadio como en todo el centro de la capital.

Dimosthenis Tampakos, campeón olímpico en gimnasia artística, fue el encargado de encender ayer por la noche el pebetero de la Acrópolis, que iluminó con una luz dorada las columnas del Partenón.

Con su llegada a la Acrópolis concluyó un periplo que duró siete días en los que la antorcha recorrió de sur a norte el país, tras ser encendida el día 24 en la antigua Olimpia.

El presidente del Comité Olímpico Heleno, Spyros Capralos, ofreció la llama olímpica al Templo de Zeus Olímpico y ensalzó la cálida recepción de los pueblos que la antorcha visitó.

El relevo contará con 7.500 atletas que recorrerán un total de 2.018 kilómetros, en alusión al año olímpico, y la antorcha será transportada en avión, barco, tren, tirolina, teleférico y bicicleta por la vertiente sur del paralelo 38.

PyeongChang albergará los segundos Juegos Olímpicos de la historia de Corea del Sur, tras Seúl en 1988, y los primeros de invierno después de presentar candidatura hasta en tres ocasiones de manera consecutiva.