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THE PLAYER'S TRIBUNE

La WNBA Breanna Stewart revela que sufrió abusos a los 9 años

La mejor novata de la pasada temporada relato su historia en The Player's Tribune. Las agresiones se produjeron hasta que tuvo once años.

Madrid
El artículo de Breanna Stewart en The Players' Tribune.
The Players' Tribune

"Recuerdo a qué olía. Cigarrillos y suciedad. A alguna clase de metal, también. Él era un trabajador de la construcción y fumaba. Realmente no puedes lavar esos olores". Estas son las primeras líneas escritas por Breanna Stewart en The Player's Tribune sobre cómo sufrió abusos desde los nueve a los once años de edad por un conocido de la familia que vivía en casa de un pariente donde solía dormir. El relato de la pívot de Seattle Storm es desgarrador:

"Solía dormir en casas de familiares todo el tiempo. Él vivía en una de esas casas donde dormí en muchas ocasiones. Había un gran sofá en la sala de estar y un sofá de dos plazas más pequeño debajo de la ventana que daba al jardín delantero. Me quedaba despierta hasta tarde, viendo la televisión en el sofá después de que todos se fueran a dormir. Allí también dormía, no había una cama de invitados ni un dormitorio. Era una niña tímida de nueve años, con un cuerpo largo y larguirucho y una cabeza que parecía demasiado grande. No encajaba en el sofá".

Tras hacer público The New York Times un extenso reportaje sobre los abusos sexuales a por lo menos ocho mujeres por parte del productor de Hollywood Harvey Weinstein durante los últimos treinta años, miles de voces femeninas, famosas y anónimas, han denunciado públicamente sus propios testimonios sobre acoso y agresión sexual. En España, por ejemplo, la actriz Leticia Dolera denunció dos agresión sufridas a los 18 y 28 años a través de un artículo en primera persona (similar al de la jugadora de la WNBA) en Eldiario.es titulado "El escándalo machista vestido de normalidad".  

El relato de Stewart continúa así: "No siempre estuve sola. A veces había alguien más durmiendo en el sofá. Pero siempre fui la única despierta cuando sucedía. Oía sus pasos bajando por las escaleras. Se sentaba a mi lado, fingiendo ver la televisión. A veces, nunca subía a dormir y simplemente esperaba en el sofá. Sabía lo que venía después. No sé como explicarlo. No se lo he contado a mucha gente. No soy una persona muy vulnerable, no hablo demasiado de mis sentimientos, así que esto es incómodo. Sufrí acoso durante años".

Yo también

Muchos de estos relatos se agruparon bajo #Metoo (yo también) en las redes sociales. Una hashtag que surgió por Alyssa Milano. La actriz pidió que todas las mujeres respondieran con esa frase a un tuit que rezaba: "Si tú has sido sexualmente asaltada o violada escribe 'me too' como copia a este tweet". La idea se extendió rápidamente cuando miles de mujeres comenzaron a hablar sobre sus experiencias tanto en Twitter como en Facebook. 

"La televisión parpadearía y todo estaría en silencia. "O. K.", solía decir. Me tocaría e intentaría que lo tocara. A veces intentaba apartar mi brazo, pero no era tan fuerte. Solo era una niña. Siempre había ese olor: cigarrillos y suciedad. No haría ningún ruido. Nadie más sabía que estaba sucediendo. ¿Conoces esos sueños en los que intentas huir, pero tu cuerpo no se mueve? Esa era yo: paralizada, en silencio (...). No siempre sucedería de noche. A veces, salía de la escuela y ocurriría a plena luz del día. Siempre encontraba la manera de estar cerca de mí en público. Era sutil: se sentaba a mi lado, en una mesa o, cuando nadie miraba, intentaba tocarme el trasero. Pero de noche... Esperaría esos pasos. O él estaría allí, sentado a mi lado en el sofá esperando a la luz del televisor. No pude dormir. Siempre estaba en guardia".

El final de la pesadilla

El relato de la center de las Storms prosigue con el baloncesto como su válvula de escape, la denuncia a sus padres de estos abusos y de la detención de su agresor. Finaliza animando a que todas las mujeres denuncien en caso de sufrir abusos sexuales.

"Tenía 11 años y estaba en mi propia cama. Mis padres acaban de construir una nueva casa. Estaba despierta, alrededor de las 3 a. m. Estaba acostumbrada a estar despierta a esas horas. Fui a la habitación de mis padres. '¿Mamá? Mamá, tengo que decirte algo'. Ella se sentó y solo me miró a la cara (...). Señalé mis partes privadas y dije, 'Mamá, él me tocó aquí'. (...) Durante la cena los policías vinieron a la casa (de mi abuela) para decirnos que había sido arrestado. Mi padre más tarde me dijo que el tipo había confesado todo a la policía. No recuerdo lo que sentí. Otro espacio en blanco. Tenía práctica de baloncesto esa noche. Fui a ver a mi padre y le dije que todavía quería ir. Él no podía creerlo. Con todo lo que había pasado, lo único que quería hacer era ir a jugar al baloncesto. (...) Si te están maltratando, cuéntaselo a alguien, si esa persona no te cree, cuéntaselo a alguien más", concluye la medalla de oro en los Juegos de Río y mejor rookie de la WNBA la pasada temporada.