Sarabia tira del carro de un Sevilla atenazado
Sarabia y Ben Yedder dan aire a Berizzo. Szymanowski marcó de penalti. El partido comenzó en sábado y acabó en domingo debido al cambio de hora por el calor.
EI Sevilla volvió a ganar en LaLiga un mes después y regresa a puestos europeos tras imponerse a un Leganés que pecó de timorato en Nervión. Los de Garitano nunca se creyeron de verdad que podían hacer daño a un Sevilla que por momentos fue un flan. Sobre todo cuando en el tramo final los locales fallaban ocasiones de todos los colores y los fantasmas sobrevolaban Nervión.
La diferencia estribó en que Berizzo cuenta en sus filas con un Pablo Sarabia que se ha erigido en líder dentro y fuera del campo. Ejerció de capitán sin brazalete y pidió la pelota cuando nadie la quería para hacer uno de los goles de la temporada.
La espesa primera parte sólo dejó un destello de calidad, pero qué destello. Pablo Sarabia recibió el línea de tres cuartos un balón de Pizarro y, en la zona en la que la pelota quema y la calidad y la mediocridad se diferencian, el madrileño se dio la vuelta y dejó a Ben Yedder sólo delante de Cuéllar. El francés definió con calidad, adelantó al Sevilla y ahí acabaron las ocasiones y los tiros a puerta del primer acto. Al Leganés se le torcía el plan y la eterna pelea de Amrabat, castigada con toda justicia con faltas a favor del Sevilla, no tuvo beneficios. El marroquí, eso sí, lesionó a Correa al filo del descanso y casi hace lo propio minutos antes con Pizarro.
Inercia. Pero el Sevilla está en un momento del curso en el que a poco que el viento sople en contra, el castillo de naipes se cae. Así, nada más comenzar el segundo acto, Medié Jiménez señaló un dudoso penalti de Corchia a Szymanowski que el argentino transformó. Empezaba un nuevo partido de 45 minutos y el público se impacientaba.
Sin embargo, Sarabia no lo iba a consentir. Nolito apretó a Gabriel, que se quedó pidiendo falta en el suelo, y se la dio a Sarabia. El madrileño condujo, llegó a la media luna del área, vio los desmarques de sus compañeros pero se sacó un zurdazo que se coló por la escuadra de Cuéllar. Manos a la cabeza en las gradas del Sánchez Pizjuán y puños apretados de rabia en el banquillo de un Berizzo que volvía a respirar.
Banega entró para dar aire al centro del campo y Garitano no daba con la tecla con sus cambios. Si extrañó que Amrabat no saliera en la segunda mitad, el cambio de Brasanac por Gabriel se entendió menos. Al Leganés sólo le quedaba intentar aprovecharse del nerviosismo local, que fue aumentando conforme las ocasiones se fallaban. Sarabia acabó de lateral derecho y el Sevilla vuelve a zona europea.