La Copa volvió dar otra sorpresa. El día que las eliminatorias sean a partido único será como ir a una verbena. La Ponferradina fue esta vez el descubrimiento y el Villarreal el Primera inmolado a base de rotaciones. La diferencia entre ambos equipos, pese al doble escalón entre categorías, fue escasa durante los noventa minutos y ése es el verdadero mérito de un 2ªB que a estas alturas de temporada mira de reojo a la Tercera. El gol de Cidoncha en el minuto 37 desequilibró un partido en el que Calleja probó por primera vez a qué sabe la derrota. Las paradas de Dinu no hicieron más que conservar una buena renta.
El Villarreal no hizo nada excepcional durante el primer tiempo y, sin embargo, se fue excesivamente castigado al descanso. Una falta magistral del exatlético Cidoncha dejó a Cantero con el molde. Quizás no fuera justo. Sólo Leo Suárez y Castillejo habían llevado peligro. Pero fue emocionante. El Toralín volvió a disfrutar a lo grande. Los onces ya anunciaban que habría guerra. Calleja hizo diez cambios y lució cantera con desigual resultado. Cantero se enredó con los pies. A Adrián le pesó la inactividad. Pau sólo aportó criterio en la salida. Ramiro perdió más balones de los que debe. Y a Leo, una joya, le cuesta ser constante. El resto de profesionales tampoco acompañó en el objetivo de encarrilar la eliminatoria. Salvo Rukavina y Bonera, siempre fiables, los demás estuvieron más bien imprecisos. Lo de Cheryshev es normal por la inactividad. Fue el que más corrió y el que mejor mordió. Lo de Soriano preocupa. Parece el Carrasco más desmotivado vestido de amarillo. Lo de Ünal cara a gol ya es una constante.
La Ponferradina estaba radiante. Demostró que su presente (penúltimo en 2ªB) no hace justicia a su pasado ni tendrá que ver nada con su futuro. Tiene buenos mimbres y un entrenador, Terrazas, que mantiene el hambre intacta. Calleja planteó un 4-4-2 que tuvo que mutar en un 4-3-3 para encontrar alguna grieta. Pero ni por esas. Su adversario tiene oficio y es una verdadera amenaza para la vuelta. Lejos de dejarse intimidar en el segundo tiempo, tuvo ratos en los que hasta disfrutó. Sin pelotazos y con inteligencia. También supo sufrir. Dinu sacó varios goles cantados a Rodrigo y, sobre todo, Cheryshev. La Ponferradina, tras un arranque triste en 2ªB y por momentos, se remangó a conciencia y hasta acabó presionando arriba para intentar ser por un día la ‘Ponferradinha’. Lo consiguió. De momento, sueña.