Lucas Silva tampoco levanta cabeza en Brasil: medita romper su contrato con el Cruzeiro
No está teniendo los minutos que quería. Según UOL, el Madrid incluyó una cláusula en el contrato que permite la ruptura del compromiso de cesión, que expira en julio de 2018.
Lucas Silva, jugador del Real Madrid cedido en el Cruzeiro hasta julio de 2018, tampoco levanta cabeza en Brasil. El mediocentro, fichado por el club blanco en enero de 2015 precisamente del Cruzeiro (por 13 millones de euros), quiso regresar a su antiguo club en febrero de este año para intentar reconstruir su carrera después de convertirse en una de las peores operaciones del Madrid moderno. Pero ni en ‘casa’, Lucas Silva recupera el vuelo perdido. Por ese motivo, según informa UOL Esporte, el jugador (24 años) está meditando romper el contrato de cesión ocho meses después de llegar para tener más minutos en otro club.
El medio brasileño revela que en el contrato de cesión de Lucas Silva al Cruzeiro hay una cláusula que permite la ruptura del compromiso antes de su finalización si lo desea el jugador y el Real Madrid quiere ejecutarla porque tenga sobre la mesa ofertas por el jugador (según UOL, varios clubes de Brasil se han interesado por Lucas Silva).
El futbolista de Bicas no ha encontrado bajo el manto de Mano Menezes las oportunidades que esperaba. Ha disputado 31 partidos de 65 y sólo ha sido titular en 16 (dos asistencias, cero goles). El periódico brasileño pública que el Madrid está abierto a liberarle ante una eventual oferta de otro club ya que no cuenta con él para el futuro.
Un vía crucis en Europa
Lucas Silva llegó al Bernabéu en enero de 2015 y su rendimiento decepcionó: jugó 428 minutos (el 18% de los posibles), sólo fue titular tres partidos (contra el Schalke, Elche y Villarreal) y desde el 29 de abril no volvió a disputar ni un minuto: tres veces fue el descarte y otras tres se quedó en el banquillo sin jugar nada. Benítez se lo llevó a la pretemporada en Australia y China, pero nunca le tuvo en sus planes para esta temporada. Y se marchó cedido al Olympique de Marsella. Allí obligó al club francés a pagarle un entrenador personal (15.000 euros anuales) y un coche como el que tenía en el Madrid, sólo para acabar siendo apartado del equipo por Míchel ('France Football' le incluyó en el peor once de la temporada).
Su caída continuó con un intento infructuoso de cesión en el Sporting de Portugal en el que se le descubrió la arritmia que le tuvo seis meses parado, sin ficha con el Madrid y dejándose ver en Valdebebas a cuentagotas. Después de que los médicos le realizaran una multitud de exámenes y dieran lluz verde a su vuelta a los terrenos de juego, decidió volver a Brasil para relanzar su carrera. Pero no sólo no ha conseguido impulsarla sino que está empantanada…
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