Modric es quien pone la clase
Partidazo ayer de Luka Modric en el Santiago Bernabéu. No nos sorprende demasiado dado lo habituados que nos tiene el futbolista croata a este tipo de actuaciones. Se mostró omnipresente en el terreno de juego con un despliegue físico y un dinamismo brutales. Es inteligentísimo a la hora de ocupar el espacio donde el rival sufre o donde sus compañeros lo necesitan. Todo esto sumado a su excelente capacidad técnica hacen de Luka un centrocampista extraordinario. Hemos podido ver su evolución futbolística desde un mediapunta talentoso a un centrocampista total.
Ha aprendido a sufrir sin la pelota, ha aumentado su capacidad para el trabajo defensivo y se ha adaptado de la mejor manera a ese tipo de rol en el Real Madrid, convirtiéndose en un futbolista insustituible y, con seguridad, en el mejor jugador del mundo en su posición.