Guardado y el Valencia: una 'espina' donde jugó de lateral
El medio mexicano del Betis sólo duró año y medio en Mestalla, donde apenas brilló... y lo tuvo que hacer de defensa por la izquierda.
Andrés Guardado debería entrenarse este jueves de regreso con el Betis después de un apacible parón internacional con México, que ya se había clasificado para el Mundial en septiembre. El centrocampista azteca llega tras ser menos usado que de costumbre, pues sólo jugó media hora ante Honduras, pero con muchas ganas para el domingo: se enfrenta al Valencia, con el que le queda una espina clavada tras no haber podido triunfar como lo hizo en el Depor o en el PSV.
Guardado arribó a Mestalla en verano de 2012, tras cinco campañas en A Coruña. Lo hizo a coste cero, convencido por un nuevo proyecto. Comenzó a las órdenes de Mauricio Pellegrino, destituido en la 8ª jornada. Llegó para actuar de extremo zurdo y acabó reubicado en el mediocampo y hasta como lateral izquierdo.
Ahí lo puso el ahora técnico culé Ernesto Valverde y, aunque se le atribuye un autogol en el Bernabéu, fueron sus mejores meses como valencianista. Al comenzar la 13-14, con Djukic en el banquillo, volvió a perder protagonismo por una lesión en pretemporada. Apenas si duró campaña y media como futbolista ché, pues se marcharía cedido para no volver a jugar un partido oficial.
En enero de 2014, ya con Pizzi en el banquillo valencianista, 'El Principito' fue cedido al Leverkusen y seis meses después, al PSV Eindhoven, que le acabaría comprando tras una magnífica campaña en Holanda. Dos temporadas más tarde se mide a su exequipo convertido en lo que nunca llegó a ser en Mestalla: un líder que acumula más asistencias (seis) que ningún otro jugador en las grandes Ligas europeas. Una estrella.
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