Madrid-Barça: vías cruzadas
El Balón de Oro, ese 'individualizador' de méritos en un deporte claramente grupal, permite aun así sacar ciertas conclusiones colectivas. Pocas dudas caben de que el galardón será para Cristiano, que Messi será el segundo más votado y sólo la tercera plaza abre mínimamente el abanico de opciones: Neymar, Buffon, Dybala, Mbappé, Griezmann, Aubameyang... Y más meridiano resulta que, a la luz de las designaciones de los candidatos, el panorama internacional (representado en este caso por France Football) alza al Madrid por encima del resto: 7 de los 30 nombres pertenecen a su plantilla. Pero si algo excita a la masa madridista, no es ser la primera en la lista; es serlo por encima del Barça, con dos representantes.
El cambio de tendencia entre ambos equipos en los últimos años está sobradamente documentado, cuenta con infinidad de ejemplos: tres Champions en cuatro años, el doblete blanco de la 2016-17, la pasada Supercopa española... Del mismo modo que, antes, el Barça agigantó la distancia con dos tripletes Liga-Copa-Champions en seis años. Aficionados de uno y otro lado elegirán y descartarán datos a discreción, movidos por filias y fobias, pero son dos realidades que permiten poco margen a la discusión: el Barça inició la década como el indiscutible amo europeo y el Madrid le ha robado ese trono, que amuralla desde la llegada de Zidane en los primeros días de 2016 con siete títulos. Las vías del Clásico se han cruzado en una pugna que no permite una felicidad compartida. La dicha blanca es la tragedia culé; y viceversa.
"Lo difícil no es llegar, lo difícil es mantenerse". Suena a mantra cuñao de libro de autoayuda (y es probable que lo sea), pero alberga cierta verdad. Al Madrid le costó muchos millones, cuatro entrenadores (Mourinho, Ancelotti, Benítez y Zidane) y varios momentos de zozobra deportiva e institucional voltear la situación; y, pese a una temporada histórica con cuatro títulos, apenas dos empates y una derrota en el Bernabéu han hecho brotar los nervios contra un Barcelona, de momento, inapelable en Liga. La corona tiene sus ventajas, pero también una enorme pega: todos van a por ti. El Madrid es el objetivo a batir, de ahí que se haya dotado de un potente arsenal a largo plazo (Isco, Asensio, Ceballos, Carvajal, Theo, Varane, Nacho, Vallejo...) para defender su plaza. El Barça, mientras, se rearma y reza para que Messi no coja un resfriado. Es la Clásica lucha por el poder. Del fútbol, pero poder al fin y al cabo.