El estilo Valverde en el Barça marca distancias con Luis Enrique
Otro sistema, otra gestión y nueva elección de jugadores. Alcácer y André, protegidos por el asturiano, no cuentan para Valverde.
El rostro de Ernesto Valverde apareció algo abatido el 16 de agosto en la sala de prensa del Santiago Bernabéu después de ser barrido por el Real Madrid en la Supercopa. Admitió que el estado de ánimo del grupo no era bueno. “Han sucedido cosas en la pretemporada que pueden afectar al desequilibrio del equipo. Hay que trabajar para encontrar otro equilibrio, jugar bien, redondo, y conseguir resultados”. Hasta hubo alguna pregunta que le inquirió directamente sobre si se sentía fuerte para cambiar una situación que pintaba mal.
En mes y medio, Valverde ha enderezado al Barça. No sólo con los resultados (está a una victoria de convertirse en el entrenador con mejor arranque liguero de la historia del club junto a Martino), también con decisiones. No era fácil. Luis Enrique, con pros y contras, fue un técnico que dejó impronta. Por personalidad, ciertos matices tácticos y títulos. Valverde ha conseguido distanciarse del asturiano. Para empezar, en el sistema. El 4-3-3 intocable con el tridente ha virado a un 4-4-2 algo asimétrico por la posición de Messi. El argentino ha vuelto al centro y, sin Dembélé, el sector derecho es un banco de pruebas. Empezó probando con Deulofeu pero se convenció de que meter a un cuarto centrocampista era un buen plan. Así, además, Sergi Roberto encuentra los minutos prometidos y Aleix juega en la posición en la que puede ser rentable al Barça.
Su elección de jugadores, además, ha sido distinta. Futbolistas como André Gomes y Alcácer, protegidos hasta el extremo por Luis Enrique, han desaparecido de sus planes. Otros sin embargo, como Aleix o Denis, han tenido más protagonismo y han sido recuperados en parte para la causa, aunque aún con dudas.
La gestión del vestuario, en tercer lugar, no recuerda en nada a la tensión de los primeros meses con Luis Enrique, que estuvo a punto de estallar en Anoeta. Aquella crisis fue salvada por Xavi y Mascherano. Es cierto que la relación de Luis Enrique con los jugadores mejoró. Pero el último año volvió a enfriarse. Según aseguró incluso Mathieu, “hablaba poco con los jugadores”. Parecía hora de cerrar el ciclo. Valverde ha caído bien en el vestuario. Es un hombre con carácter y capaz de tomar decisiones de calado. No sin razonarlas. El detalle ha sido bien recibido por jugadores. Envuelto en papel de regalo, este es el sello Valverde que marca distancias con Luis Enrique y que, de momento, le funciona al Barça.
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