Llull vuelve a casa y el Madrid le regala un inicio demoledor
El base acudió al Palacio con muletas y los blancos resolvieron con una salida de tacos que quebró al Zaragoza: 24-8. Randolph firmó un jugadón y Causeur metió 15 puntos. Thompkins, baja.
La mañana empezó con Sergio Llull gritando presente en el Wizink Center. Autógrafos, fotos y enorme ovación de la grada, pancarta gigante incluida. Llull había vuelto, aunque fuera de visita y con muletas. Y la gente, su gente, se vino arriba. Al salto inicial llegamos ya ambientados y, como diría Sabina, el partido duró lo que dos peces de hielo en un whisky on the rocks. Para ser más precisos y con cronómetro en mano: 8 minutos y 20 segundos. Lo que tardó el Madrid en ponerse 16 arriba (24-8) tras un triple de Yusta y una magnífica circulación de balón. Instantes después se sentó Campazzo. Laso ya había utilizado a nueve jugadores con cambios en el quinteto titular. Reyes por Thompkins, que voló a Estados Unidos por un asunto familiar, y Taylor por Doncic.
Pronto salió Yusta y le vimos emparejado con Barreiro, excompañeros en la cantera blanca. Ganadores de la Euroliga júnior en 2015. Y la pareja se convirtió en trío con la entrada de Doncic. Cuando fuimos campeones, podrán decir siempre. Anécdotas y detalles para adornar un duelo quebrado de inicio, aunque el Tecnyconta Zaragoza tuviera el orgullo de evitar el roto antes del descanso y empatar el parcial del segundo cuarto (20-20) y ganar el del tercero (15-16). En el último, eso sí, aluvión (32-16).
La cita había arrancado con seis puntos seguidos de Causeur, siempre incisivo, directo al aro, algo que necesitaba el Real. Y había empezado con Ayón reboteándolo todo (5) y asistiendo (3) en los ocho primeros minutos. En el bloque maño, el letón Blums salió a pista al rescate (26 puntos ante el Granca) aunque sin poder redimir a nadie esta vez. Solo Álex Suárez, cedido por los blancos, soltaba muñeca: cuatro triples, 12 tantos justo a la vuelta de los vestuarios.
Hablábamos de las rotaciones de Laso y, aunque llevemos solo tres jornadas, parece que algo ha cambiado en los roles ligueros. El calendario pasó factura el curso anterior y tiene pinta de que en la ACB el técnico repartirá aún más los minutos. Los que, por cierto, aprovechó bien el serbio Kuzmic, una de las caras nuevas. Se ancló bajo el aro del Tecnyconta y no hubo quien lo moviera, en especial en el segundo cuarto: rebote, canasta o falta.
La matinal se cerró con el Zaragoza aguantando el tipo (56-47 y cuarta falta de Campazzo) mientras se acordaba del mal inicio que le condenó. Y se cerró con siete puntos de Rudy en sus once minutos. Y con la grada viniéndose otra vez arriba con el “Llull, Llull, Llull…” y una jugada estelar de Randolph. La jugada, mejor dicho. Cabalgada, regate por la espalda para salvar al base (Sergi García) y mate de altura para el 2+1. Chasson Randle, recién llegado y sentado junto a Llull, pegó un gran brinco. Lo disfrutó.