Del adiós de Casillas al mejor Isco: así llegó España al Mundial
Logró el pase al Mundial con un partido de antelación y por delante de Italia. El éxito va desde la versatilidad de Lopetegui a la irrupción definitiva de los Sub-21.
España logró el pase al Mundial con un partido de antelación y por delante de Italia, clasificando a su décimo quinta Copa del Mundo. El éxito va desde la versatilidad de Lopetegui a la irrupción definitiva de los Sub-21.
Lopetegui
Artífice número uno y especial protagonista de la clasificación. Cogió una selección dubitativa, en un ambiente revuelto y difícil de contrarrestar dada su inexperiencia, pero ha despejado cualquier incertidumbre con su frescura en el banquillo y fuera de él. Recuperó el estilo de combinaciones rápidas de la mejor época de La Roja y rejuveneció al equipo hasta hacerlo más enérgico también en la presión. Fue versátil. Cambió esquemas y jugadores según necesidades del partido y del rival. Retiró definitivamente a pesos pesados como Casillas para dar entrada a jóvenes de gran proyección. Sacó por fin el rendimiento a Diego Costa que había empantanado el final de la era Del Bosque. Y no sólo eso: supo gestionar desde la cautela y el sosiego asuntos tan espinosos como el de Piqué y Cataluña o el del debate Diego Costa-Morata. Después de muchos partidos se mantiene invicto.
Ilusión
La Roja completó definitivamente el relevo generacional. De Gea, Carvajal, Koke, Thiago, Isco o Morata se instalaron del todo y fueron piezas fundamentales. Y por detrás también asomaron en algún partido los más jóvenes Asensio, Saúl, Odriozola o Deulofeu. La media de edad del once tipo español bajó considerablemente. Ante Albania en Alicante fue de 26,4 años con tan sólo Piqué, Ramos y Silva dentro de la treintena. El gran reto de convertir todo el caudal de excelentes promesas de las últimas Sub-21 en productos acabados para la Absoluta resultó un éxito. Además de saber jugar, esta nueva hornada demostró estar preparada para competir. La forma de deshacerse de Italia sin perder ninguno de los dos partidos y siendo superior en ambos disparó la ilusión. Esta España vuelve a enganchar. Después de un tiempo de cierta desconexión, la forma en la que La Roja llega al Mundial hace prever un interés altísimo por lo que sea capaz de hacer en Rusia.
Silva-Isco
Más que Iniesta, intermitente por sus problema físicos, los líderes creativos de la Selección fueron Silva e Isco. El canario ganó peso en el equipo y se mantuvo como el principal vestigio de las mejores épocas pasadas. Si alguien puede considerarse fijo de cuantos jugadores conforman el ataque ese es Silva. El papel de líder lo ejecutó a la perfección, además. Llegará al Mundial en el momento más maduro de su carrera. Por si fuera poco, le salió un socio de lujo en Isco. Cinco goles marcó el madridista en la fase de clasificación. Su partido ante Italia en el Bernabéu resultó decisivo y le consagra, si no lo era ya, en uno de los mejores centrocampistas del mundo. Ya fue estrella de la Sub-21 con Lopetegui y vuelve a sentirse así. Por increíble que parezca, con 25 años todavía no ha acudido a ningún gran torneo con la Absoluta.
Resuelto lo del 'nueve'
Diego Costa encajó por fin en el estilo de España y marcó los goles que necesitaba el equipo. Su tortuoso verano le apartó de las últimas convocatorias, pero a poco que desde enero recupere el nivel en el Atlético tendrá su hueco en la Selección. Como también lo tiene asegurado Morata. Le conoce tan bien Lopetegui que sabe cuándo sacarlo de inicio y cuándo desde el banquillo, como ante Italia. En cualquiera de los dos casos ha hecho goles y ha servido de mucho su presencia. Por si fuera poco, meritorios como Rodrigo demostraron que pueden ser el '9'. O incluso con un falso '9' -tipo Asensio- también hay veneno. De un plumazo, las dudas en ataque han desaparecido. Los 35 goles en 10 partidos son el mejor ejemplo.
Diferentes pero iguales
Toda la Selección se vertebró sobre el eje Ramos-Piqué. España está antes dos de los mejores centrales de su historia, no hay duda. Sus personalidades son tan fuertes que parecen chocar, aunque en el fondo les hacen más iguales que diferentes. En muchas cosas piensan distinto y sin embargo actúan igual. Sobre el campo su compenetración resultó determinante, así como la conexión de los dos con De Gea. Apenas tres goles encajó la Selección en toda la fase previa. Desperdiciar el poderío de dos defensas tan excelsos como ellos sería una insensatez. Lopetegui lo sabe. Por eso supo darles galones, responsabilidad y liderazgo. La respuesta ha sido el mejor rendimiento defensivo de España desde que se fuera Puyol.