Las claves de la crisis que tiene al Málaga colista
El equipo blanquiazul se desangra. Las razones de esta crisis son muchas: jeque, plantilla, dirección deportiva, entrenador... Míchel se la jugará ante el Leganés.
El futuro del técnico: El jeque guarda silencio y relativa calma. En el club todos aseguran que, salvo volantazo inesperado del presidente, Míchel se sentará en el banquillo ante el Leganés. La madre de todos los partidos para el Málaga. Todo lo que no sea ganar dejará al equipo en una situación crítica y al entrenador en la encrucijada. Tras el Leganés espera el Camp Nou de un Barça hasta la fecha intratable. Si no llega la primera victoria ante el cuadro madrileño, se antoja difícil la continuidad de Míchel. El técnico ha probado distintos dibujos sin dar con la tecla y ha utilizado sin éxito a casi toda la plantilla. Cecchini y los porteros suplentes son los únicos que aún no se han estrenado.
Un club sin rumbo: La actitud caprichosa de Abdullah Al Thani y su incapacidad para llevar a cabo cualquier tipo de gestión de relevancia han puesto al club al borde del precipicio. El Málaga lleva meses sumido en una crisis institucional marcada por los vaivenes y la falta de sentido común de su presidente. A veces ‘pasota’, a veces demasiado intervencionista, sus intentos de dirigir el club a través de las redes sociales resultan, casi siempre, un fiasco. Ha dinamitado el día a día blanquiazul con sus ataques a la dirección deportiva y al entrenador. Su intervención rompió el acuerdo para la renovación de Pablo Fornals. Vetó las llegadas ya apalabradas de Javi García y Adrián López e impuso el fichaje de Esteban Rolón por 3,2 millones en contra de la opinión de Francesc Arnau y de Míchel. Mientras el jeque va de desaguisado en desaguisado, nadie en el club se atreve a cuestionar sus decisiones por miedo al despido.
Salidas claves: El verano se ha llevado por delante a los tres jugadores más importantes de la plantilla: Camacho, Pablo Fornals y Sandro. De sus sustitutos, sólo Borja Bastón llegaba a priori como opción de garantías. Pero el delantero ha sido engullido por la mala dinámica del equipo y la falta de presencia en el área rival. Los dos refuerzos para la medular, Rolón y Cecchini (entre los dos se han invertido casi ocho millones de euros) son apuestas de futuro y sin ningún tipo de experiencia en Europa. Dos fichajes de riesgo que pueden costarle muy caros al conjunto blanquiazul.
Ausencia de líderes: Sólo Recio mantiene el rol de líder fuera y dentro del campo. Al margen del medio malagueño, el equipo carece de jugadores con personalidad para tirar del carro en el terreno de juego. Se esperaba que jugadores como Juanpi, Keko o Jony diesen un paso al frente. Pero casi no hay ni rastro de los tres. No entran en los onces y cuando les toca salir lo hacen con más pena que gloria. Irrelevantes. En cuanto a los jóvenes, Ontiveros está apartado y En Nesyri ha dejado de contar para el técnico.
Goteras atrás: Con 16 tantos encajados en siete jornadas, el Málaga es el equipo más goleado de Primera División. El equipo sólo se ha mostrado fiable cuando se ha plantado en bloque delante de su portería y ha empleado todos sus esfuerzos en defender, como hizo en el Wanda Metropolitano y en los primeros 45 minutos en el Sánchez Pizjuán. En cuanto estira un poco las líneas, las goteras atrás se acumulan. El partido del sabado en Sevilla es buen ejemplo de esto. El Málaga dio un paso al frente en la segunda parte y el Sevilla le hizo añicos en dos contragolpes. El meta Roberto es el único de la retaguardia que aprueba hasta el momento. El resto de especialistas defensivos suspende con mayúsculas. En ataque, sólo cuatro goles, dos de ellos a balón parado y tres en un mismo partido. En cinco de siete encuentros el Málaga se fue a la ducha sin ver portería.
Mala planificación: La falta de calidad de la plantilla es indiscutible. De los fichajes, sólo Rolan ha convencido hasta ahora. El Málaga ha vendido por valor de 30 millones y ha gastado más de diez millones en fichajes para dar forma a un equipo con muchos menos recursos que el anterior. El límite salarial aumentó en 25 millones en dos temporadas y el nivel de la plantilla, por el contrario, no ha hecho sino empeorar. Ha habido fichajes más que discutibles (Gönen, Rolón, Cecchini, Kuzmanovic...) y posiciones claves a reforzar en las que el club ha errado de forma garrafal. A qué se han destinado los 20 millones de superávit y cómo se ha manejado la importante subida salarial son cuestiones que aún nadie se ha atrevido a explicar.
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