El Madrid superó al Andorra con 10 puntos de Gustavo Ayón
El mexicano tuvo 16 de valoración. Los blancos vencían por 18 en la primera parte, pero el Andorra se puso a tiro de uno. Bien Campazzo y Kuzmic.
Había cierto desasosiego en la afición blanca por la pretemporada, incluyan ahí la lesión de Llull, y por el envejecimiento del núcleo duro triunfador de los últimos cursos. Lo había y lo hay, porque hay muchas competiciones para los grandes, pero su vara de medir la encontrarán en la Euroliga. Y eso aún no toca. Y lo hay, el desvelo, porque el Madrid firmó una gran primera parte en su estreno liguero, pero luego cayó a plomo en un tercer cuarto en el que se bloqueó.
Recordó al de la Supercopa, sin puntos, sin tiro, sin fluidez. Trece tantos en ese parcial (y apenas tres canastas en juego), lo que permitió al MoraBanc Andorra pasar de la nada al todo. De perder por 18 puntos (41-23) a ponerse a tiro de uno en lo que dura un cuarto NBA: 57-56, minuto 27. Atrás quedaba el “Llull, Llull, Llull…” de la grada al paso por el 23. El homenaje de la gente que le aprecia.
Arrancaba entonces un bajón que echaría por tierra parte del buen trabajo inicial de los de Laso, cuando Ayón dominaba la pintura y Thompkins y Causeur martilleaban el aro. Le faltó pujanza de salida al Andorra para no ser barrido en el rebote: 17 (7 ofensivos) a 4, una diferencia imposible de compensar por otras vías. Y difícil de justificar a este nivel.
Faltaban 13 minutos y tocaba partido nuevo. Y ese, con el reloj atosigando, lo ganó el Madrid. Triunfo y sonrisa por la solidez final y por acabar arriba en una actuación con altibajos. Al Real le lastraron las pérdidas (18 frente a 8), como ante el Granca hace una semana. Pero en el desenlace ajustó mecanismos y cuidó el balón para resolver con diligencia ante un Andorra que se agarró primero a Walker (13 al descanso) y luego a Blazic (16 de sus 20 tantos en la reanudación). Jaime Fernández le dio ritmo al quinteto y Karnowski dejó claro que no es Shermadini.
Campazzo y Kuzmic, novedades
Bien Campazzo en su vuelta dos años después, en especial en el tramo vital, aunque sin ser el base desencadenado del UCAM y de Argentina. Y muy sereno Thompkins, un alivio para combatir las lagunas en el tiro. Randolph hizo sus cosillas, alardes de talento y alguna pérdida evitable de más, mientras que Doncic caía abierto de piernas tras un resbalón peligroso. Un susto.
Los otros debutantes cumplieron. Kuzmic hizo mejor al bloque. Cierra el rebote y bloquea bien. Añadió, además, un par de canastas de mérito. Laso no se olvidó de Yusta (9:57 en pista en ausencia de un febril Rudy), pero la cara lúcida fue la de Causeur: 19 puntos (7 de 8 en el lanzamiento), 6 rebotes, 3 asistencias y 28 de valoración en su estreno en casa. Reyes no jugó por decisión técnica. Apenas el primer partido del aluvión que caerá en los próximos nueve meses.