Atlas vence a Veracruz y se aleja del fondo del cociente

El delantero vive de su romance con el gol. Cuando se aleja de ese que es, en la cancha, su único amor verdadero, lo sufre. Pero la distancia no es eterna. Tarde o temprano, aquel que sabe llevar la bola a las redes lo hace de nuevo. Y lo celebra. Y lo disfruta. Porque en el futbol no hay momento más sublime. Por eso, Milton Caraglio lo grita. Lo extrañaba.

Y no es un reencuentro fugaz. Llega por partida doble. El argentino no marcaba desde la primera fecha. Ahora, en la 12, concreta dos veces. Cuando Atlas más lo necesitaba. Cuando en juego estaban tres puntos fundamentales ante el Veracruz, rival directo en la lucha por evitar el descenso. Su romance con el gol ha renacido. El resultado: 2-0 para los Zorros.

El Estadio Jalisco es escenario de una batalla vital. Falta camino, es verdad, pero son adversarios directos. Último y penúltimo de la tabla porcentual. Quizá por eso, hay tanta tensión en el campo. La primera parte resulta escasa de oportunidades. La más clara es de los Tiburones Rojos. Minuto nueve: cabezazo de José “Palmera” Rivas que se estrella en el poste.

El duelo se traba en el medio campo. Pasada la media hora de juego, Atlas despierta. Daniel Arreola patea un tiro libre por encima de la barrera, apenas por un lado, al ’33. Y un minuto más tarde, Milton Caraglio prueba de media distancia con un disparo raso que Melitón Hernández desvía a tiro de esquina.

Para la segunda parte, Matías Alustiza se va lastimado, al ’50. Atlas pierde a su hombre más peligroso. Pero no renuncia a buscar el triunfo en un partido trascendental. Desde la derecha, José Madueña levanta la mirada. Extraordinario centro. Eficiente salto. Sólido cabezazo de Milton Caraglio. Las redes se estremecen. Renace su romance con el gol, al ’56.

Veracruz no tiene capacidad de respuesta. Brayan Garnica se interna en el área por el corredor derecho. Su servicio es ligeramente desviado por la defensa. La bola se cierra peligrosamente. Melitón Hernández ya no llega. Tras pegar en el travesaño, el esférico queda ahí frente al arco desprotegido. Milton Caraglio está atento. De cabeza, empuja el 2-0 al ’79.

Es el tanto definitivo. El que sentencia esta batalla por el no descenso. Y el que marca el renacer de un romance entre Caraglio y el gol. Tres puntos de oro para el Atlas, frente al rival con el que lucha jornada a jornada para evitar perder la categoría.